martes, 13 de marzo de 2012

Las mujeres protagonistas de progreso

“Muchas mujeres hicieron el bien; mas tu sobrepasas a
todas. Engañosa es la gracia, y vana la
hermosura; la mujer que teme a Dios, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en
las puertas”. (Proverbios 31:29-31)
Este proverbio no solo es un hermoso elogio a la mujer sino
una justa exaltación a su capacidad, es una descripción de las múltiples competencias,
habilidades, dones, talentos, destrezas de la mujer; quien es capaz de hacer eso
y más.
Al remontarnos a la época en que estos textos fueron
escritos, hace miles de años, eran esas las actividades o labores artesanales y
factoriales del momento; no podemos decir, industriales, porque la era
industrial, llegó mucho tiempo después.
Hoy en día, cuando vivimos en la era de la informática y las
comunicaciones, la mujer también ha logrado ponerse a tono con la época, y ha
demostrado su habilidad en el desempeño de diferentes funciones acordes a la
modernidad y al desarrollo tecnológico.
Por eso resulta tan fuera de lugar, que todavía existan
algunas personas que se resistan a aceptar la evolución social que ha tenido la
mujer y su aporte al desarrollo de los pueblos.
Aquellos que insisten en confinar a la mujer a labores exclusivas de
madre y esposa, a quehaceres del hogar, no les ha amanecido el inmenso
potencial de la mujer y su papel en la sociedad.
Las mujeres no solo pueden y deben trabajar, sino que quieren
hacerlo, y de que manera cumplen con su labor. Hay suficientes razones que
sustentan porque la mujer debe trabajar, no solo porque la situación así lo
amerita, ya que “dos pueden más que uno”, para el caso del matrimonio; sino también
por el aporte de la mujer a mover la rueda del progreso.
Y no estamos hablando de la mujer desde la perspectiva en la
que quiere encasillar una sociedad de consumo carente de valores, que vende la
imagen o el papel de la mujer como objeto de abuso y explotación; sino la mujer
aquella que es hechura del Creador, que es baluarte para el progreso, promotora
de valores, instrumento útil en las manos de Dios para producir cambios y
construir progreso.
No se trata de presentar un discurso orientado a exaltar a la
mujer para su valía personal, o fortalecer su autoestima; que muchas han tenido
que construirla a partir de la discriminación y el rechazo; sino de comprender
el valor de la mujer y su aporte social; y mucho mas, el de aquella que actúa
movida por una escala de valores trascendentes y la fe en Dios como su
principal motor de vida.
Hace mucho rato que la mujer tomó la decisión de dejar de ser
espectadora para ser protagonista;
aquella mujer que impulsada por la fe, sabe que está para grandes cosas;
y no solamente para resignarse a la suerte o al destino que otros quieren
trazar para ella, sino para cumplir con su sentido misional de vida. La mujer del siglo XXI ha entendido que está
en condiciones de ser líder y agente de cambio en la familia, la empresa y la
comunidad.

LOS CIRCULOS VIRTUOSOS Y LOS VICIOSOS

“El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con
los necios será quebrantado”. (Proverbios 13:20)
Una de las claves para tener éxito en la vida, es saber
rodearse de las personas adecuadas; y este principio elemental lo aplican líderes,
gerentes, científicos, académicos; todas estas personas, saben que al hacer
sinergia con personas capaces,
competentes, su efectividad será potencializada.
Este es uno de los principales atractivos de ser parte o de
trabajar con un grupo interdisciplinario, que permite un amplio aprendizaje, en
la medida en que el grupo se compenetra simbióticamente y cada uno pone a disposición
de las otras personas sus saberes y experiencias.
Saber rodearse, es también un factor de crecimiento y
desarrollo personal; un individuo que hace parte de un grupo de emprendedores,
va a ser contagiado por la energía que irradia el grupo y el empuje que lo
mueve y termina involucrado activamente en esa dinámica productiva y fructífera.
Y este aspecto de ser “contagiado por el grupo”, se aplica
para aspectos positivos o negativos; porque la presión del grupo o la
influencia de este en la persona, provoca adoptar creencias, conductas o comportamientos
propios de esa colectividad.
Es positivo, cuando el grupo actúa como un “circulo virtuoso”
que impele a la persona al mejoramiento humano y le ofrece ese apalancamiento;
es negativo, cuando el grupo actúa como un “circulo vicioso”, que empuja o
impele a la persona al estancamiento o al deterioro como ser humano.
Los abuelos solían decir: “dime con quien andas y te diré
quien eres”; tal vez en la práctica, no resulta tan taxativo; pero es innegable
que encierra una gran verdad y por ende, un gran riesgo. Además, que debido al sentido gregario de los
seres humanos, existe la tendencia a agruparse entre similares; personas que se
integran en virtud a algo que los une, representa y con lo cual se sienten
identificados.
“El que anda entre lobos, aullar aprende”, “el que anda entre
la miel, algo se le pega”; todas estas expresiones de la sabiduría popular, encierran
grandes verdades o realidades. El asunto,
es identificar ese motivo interno, que lleva a una persona a andar con cierto
tipo de personas.
Y por lo general, esa motivación interna está relacionada con
el sentido de pertenencia o de identificación; las personas, dada su crisis de
identidad se la pasan buscando modelos, con los cuales coincidir, identificarse
y en consecuencia, adoptar, seguir y en algunos casos, promover.
El precepto nos ofrece dos escenarios muy distintos uno de
otro, un primer escenario que denota la elección correcta, andar con sabios,
para ser una persona sabia; y un segundo escenario, que seria la elección incorrecta,
andar con necios o vagabundos, decisión que genera quebranto y aflicción.

Mujeres que se echan al hombre al hombro

“Mujer virtuosa, ¿Quién la hallará? Porque su estima
sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella
confiado, y no carecerá de ganancias. Le
da ella bien y no mal todos los días de su vida”. (Proverbios 31:10-11)
El matrimonio podría definirse de muchas maneras, pero ¿Cuál matrimonio?
No aquel que está hecho a la medida de una sociedad carente de valores, sino
aquel que fue concebido y diseñado por el autor de la vida, de éste último es
que hacemos referencia.
En el plan de Dios para el matrimonio, el hombre y la mujer son
como dos piezas únicas, diseñadas la una para la otra para que encajen y se amalgamen
perfectamente, con la salvedad que deben ser pulidas por el diseñador para
lograr una perfecta unidad.
Sin lugar a dudas, dice el adagio, “detrás de un gran hombre
hay una gran mujer”; y en eso consiste el rol principal de la mujer en la vida
matrimonial, ser compañera y ayuda idónea. Así como el varón, debe ejercer el
rol de autoridad en el hogar, la familia y la sociedad.
Por supuesto que la relación conyugal se sustenta en la
fidelidad y compromiso del amor y la amistad que se profesan el esposo y la
esposa, pero esto sin olvidar sus roles básicos; y en el caso que tengan hijos,
el ejercicio del mas elevado de los roles que le corresponde ejercer a un ser
humano, ser padres.
De allí la importancia y la inmensa de bendición de hallar,
para el caso del varón, la mujer correcta, aquella que es el regalo de Dios
para su vida; porque así parezca algo maravilloso a los ojos, es de esa manera;
dice en otra parte, “la casa y las riquezas son herencia de los padres; de Dios
la mujer prudente”. (Proverbios 19:14)
Y con el respeto que se merecen las mujeres, cualquier hombre
puede conseguir mujer para vivir con ella; cualquiera puede ser compañera
sexual o amante; cualquiera puede llegar al altar del matrimonio, pero no cualquiera
puede ejercer el santo rol de ser esposa, compañera y ayuda idónea, mujer
virtuosa para su marido.
Uno de los problemas mas críticos que se presentan hoy en día,
es la inversión de roles; debido al debilitamiento del liderazgo masculino y al
abandono del rol básico del varón, el ejercicio de la autoridad en el
matrimonio, en el hogar y la familia, a la mujer le ha tocado que asumir ese
rol; porque ella, por diseño básico es responsable y de ninguna manera va a
permitir que su familia caiga en desgracia.
Esto ha llevado a que el hombre se convierta en un mantenido
de su esposa, y se atenga a que se ella la que lo sostenga. Que se ella la que
le de ganancias, bien y no mal, echándose encima toda la carga del
sostenimiento del hogar, mientras el hombre, sigue tan campante al amparo de su
mujer; violentando por completo el diseño divino del matrimonio.
La explotación de la mujer se sigue dando, en este caso, por
hombres abusadores, cómodos que se aprovechan del amor de sus mujeres, (porque
las mujeres aman de veras), de su sentido sacrificial de responsabilidad y del
compromiso con los suyos. La virtud de la mujer no es para que esta sea
explotada sino exaltada.
Esto ha llevado a que muchas mujeres, se sacudan de sus
maridos estorbosos, y decidan construir una vida sin cargas adicionales; han
entendido que para salir adelante y ser felices, no tienen que echarse al
hombro un hombre que resulta ser un
bueno para nada, y así no lo sea, no toma la decisión de cambiar o ser mejor.

lunes, 12 de marzo de 2012

!No a la pereza si al trabajo!

“El deseo del perezoso le mata porque sus manos no quieren
trabajar” (Proverbios 21:25)
El gran desafío de los padres, líderes, educadores, empleadores,
está en identificar a quienes no quieren trabajar y principalmente, identificar
las causas que están provocando esta situación.
La pereza tiene un origen y atacar la causa de raíz, es el primer paso
para contrarrestar a la “madre de los vicios, la madre de la pobreza”, la
pereza.
Hay personas que así se les faciliten las tareas, así se les
ofrezcan las condiciones mas convenientes para trabajar no lo hacen, porque el
trabajo es un habito que nunca lo han querido cultivar; porque su actitud es de
resistencia y su visión hacia trabajo no es correcta.
Una persona que no quiera trabajar se convierte es un problema
para la familia, la empresa, la sociedad.
Y el desafío consiste en
solucionar ese gran problema, porque de
todas maneras, un gerente podría prescindir de un empleado; pero ¿un padre como
prescinde de un hijo? ¿Un líder como descarta a un discípulo, cuando su tarea
consiste precisamente en formarlo? ¿Un maestro como elimina a un estudiante,
cuando su reto es ayudarlo a lograr su rendimiento académico?
Muchas cosas desea el perezoso, pero sus manos no quieren
trabajar, y eso lo lleva a “morir”. La
tragedia de la muerte, no es que morimos, es lo que se nos muere dentro mientras
estamos vivos. Una persona que deja
morir todo aquello que la vida le ha dado, sus dones, talentos, habilidades,
sueños, relaciones, termina muriendo a la vida, aunque lo sepulten muchos años.
¿Qué hacer o cómo lograr que alguien que no quiere trabajar,
trabaje? En el manual de la vida
encontramos por lo menos tres pautas definidas: Primero: “El que él no trabaje,
tampoco coma”. Si quiere comer, trabaje.
Algunos trabajan como enfermos, pero comen como alentados.
Segundo: “el perezoso desea pero no alcanza”. ¿Quien ayuda a
un perezoso? ¿Quién estaría dispuesto a patrocinarle la pereza a alguien? Muy
diferente una persona que tiene anhelos, deseos, pero se esfuerza, trabaja, gustosamente,
se le ayuda a alcanzar esos anhelos.
Tercero: Cuenta una parábola del hijo que tomó sus bienes y
los desperdició viviendo perdidamente, cuando hubo malgastado todo y comenzó a
faltarle, reflexionó y dijo; “en casa de mi padre hay abundancia de pan, y yo aquí
me muero de hambre, iré a mi padre, le pediré perdón y le diré que me haga como
a uno de sus jornaleros”. El dejar a una
persona tocar fondo, lo lleva a reconsiderar muchas de sus acciones.
Este último caso es bien ilustrativo, el hijo reconocía que
al regresar no podía llegar a casa como huésped lustre a reclamar derechos o
exigir privilegios, sabia que tenia que ganarse con su trabajo lo que el mismo había
desperdiciado.
Solo que el amor del padre fue mayor, y no lo puso como
jornalero, sino que lo recibió como un hijo que estaba como muerto y había revivido,
que estaba perdido y había aparecido, y eso había que celebrarlo. Pero es un
gran error patrocinarles a los hijos la vagancia, la vacancia, la holganza. Siempre habrá una segunda oportunidad para
aquel que quiera rehacer su vida.

viernes, 9 de marzo de 2012

Principios para aprender a vivir

“El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se apresura con
los pies, peca. La insensatez del hombre
tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón”. (Proverbios
19:2-3)
El ser humano a lo largo de la historia se ha esforzado para
entender como funciona el mundo natural y las leyes que rigen a este, por medio
de la observación y la construcción de conocimiento. Luego, la ciencia, “scientia”,
(Conocimiento), es la obtención del conocimiento mediante los patrones que
brinda el razonamiento y la observación.
En el contexto de la Biblia y de las leyes espirituales, la
ciencia no riñe con esta definición científica, solo que la hace mas amplia; la
ciencia es comprendida como el conocimiento dado por Dios al hombre para que
aprenda a vivir. Son los principios
aplicados a las situaciones diarias de la vida para la plena realización del
ser humano.
De allí que resulta apenas comprensible y razonable
comprender que “el alma sin ciencia no es buena”; ¿Cómo pretender que una
persona sea fructífera y productiva en sus pensamientos, afectos, acciones y
decisiones, sino aplica los principios garantes de éxito? ¿Cómo lograr que le
vaya bien, sino posee el conocimiento necesario para conseguirlo?
Hay tres acciones incorrectas y erráticas que cometen las
personas: Uno: Falta de conocimiento, que se deriva de la renuencia a recibir,
aceptar y aplicar los principios garantes de felicidad y éxito. Dos: Actuar en ignorancia, dejándose llevar
por impulsos, por la insensatez y sufrir las consecuencias de sus actos
equivocados. La biblia llama Pecado a esta actitud, vivir de forma contraria a
los principios de Dios. Tres: Irritarse
con Dios, hacerle a El responsable de
las decisiones que han tomado y las acciones que han emprendido.
La Biblia es una manual de principios que le permiten al ser
humano aprender a vivir. A diferencia de
lo que muchos creen, no es un libro histórico (aunque contiene historia), ni es
un libro de moral (aunque es la base de la ética y la moral humana), y mucho
menos un libro religioso que promueve dogmas, rituales, ceremonialismos. Es un manual que ofrece principios para
aprender a vivir.
Solo hay una manera de comprobarlo, escudriñando las escrituras.
Indagando en las verdades profundas de la Biblia, los sencillos “como” para una
vida con sentido y felicidad. Sin perder de vista que es un proceso, en el cual
la fe cumple un papel fundamental.
Invariablemente, una persona que abriga los principios de
Dios en su corazón, renueva su mente, y experimenta una transformación de vida,
como dice un salmo, “la ley de Dios es perfecta, que convierte el alma”. La
persona crece espiritualmente en la medida en que su conocimiento va en
aumento.
Hoy en día reina la decepción en el mundo; los hijos se han
decepcionado de los padres, estudiantes de sus maestros; los discípulos de sus líderes,
los pueblos de sus gobernantes; sin embargo, a lo largo de la historia, hay dos
realidades que no podemos desconocer, “ni Dios nos ha fallado, ni la Biblia nos
ha mentido”. Todo pasa, pero esos
principios eternos permanecen para siempre.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El poder de la ley de la siembra

“Hay quienes reparten y les es añadido mas; y hay quienes
retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será
prosperada; y el que saciare, el también será saciado”. (Proverbios 11:24-25)
Este es uno de los casos en que las matemáticas de Dios no
están de acuerdo con las matemáticas de los hombres. En aritmética básica se nos enseña sobre
sumar y multiplicar, sobre restar y dividir.
En las matemáticas de la Biblia se nos habla que quien reparte, no resta
sino que suma y multiplica. Mientras el
que retiene, no acumula sino que resta.
Muchos no se explican como puede ser esto, la única
explicación, es que así funcionan las leyes espirituales, que son tan exactas
como las físicas. Y no tiene nada que
ver con asuntos místicos, simplemente, son principios espirituales que al ser
aplicados, se cumplen siempre.
El principio del dar va ligado a otra ley en la que coinciden
todo tipo de pensadores, desde filósofos, científicos, teólogos, antropólogos,
sociólogos hasta campesinos y personas que trabajan sembrando la tierra, es la
ley de la siembra y la cosecha, que reza algo elemental y axiomático, “todo que
el hombre siembra eso cosecha”.
Y esta ley que se cumple siempre, está relacionado con cinco
aspectos básicos: Primero, la semilla, o aquello que se siembra; si una persona
siembra o cultiva mangos, eso es lo que
va a cosechar, no será manzanos, ni peras, ni naranjas.
Segundo, la calidad de la semilla, esto no se puede
desconocer. Una buena semilla, da vida a un buen árbol; y un bueno árbol da
vida a buenos frutos. No así una semilla
muerta, o un árbol enfermo. Por lo tanto, no es solo sembrar sino asegurarse
que la semilla sea buena, sana.
Tercero, la cantidad de lo que se siembra; si se siembra
generosa o abundantemente, de esa manera se cosecha. Quien siembra escasamente, de igual manera va
a cosechar. Hay una directa proporción
entre lo que se siembra y lo que se cosecha.
Cuarto, el cultivo, que son las acciones subsiguientes a la
siembra. Si una persona solamente
siembra la semilla, pero no limpia, abona, fertiliza, riega la tierra, la
semilla se muere. Y finalmente, quinto, la siega, que se da en su tiempo, que
debe saber hacerse y que es el feliz resultado de la siembra. Si no se hace
bien, se corre el riesgo de perder todo el trabajo anterior.
En la siega comprendemos el poder la ley de la siembra,
porque de una sola semilla, se pueden sacar miles de frutos. Una persona que brinda sonrisas, recibirá muchas
mas; una persona que hace favores, ella recibirá mucho mas. Todo el bien que una persona entrega a
alguien mas, lo recibirá multiplicado, mas allá de lo que haya pensado recibir.

martes, 6 de marzo de 2012

Renunciando a las herencias de esclavitud

“El siervo no se corrige con
palabras; porque entiende mas no hace caso”. (Proverbios 29:19)
En el contexto de las finanzas,
un “siervo” es aquel que se ha vuelto un
“esclavo” financiero. Y un esclavo
financiero es aquella persona que ha perdido su libertad, no solo de tipo económica
sino espiritual, emocional y física; está atrapada en las cadenas de las
deudas, confinada en la dura cárcel de la morosidad.
El problema de la esclavitud es
que se convierte en un modo de vida en el cual la persona no solo ha perdido su
libertad sino también la esperanza de volver a ser libre. El asunto se hace mucho mas complejo, cuando
se observa un comportamiento generacional; padres que legan estas herencias a
sus hijos.
La Biblia nos ayuda a comprender
la dimensión del problema y la solución.
Recordemos que el pueblo de Israel estuvo esclavo por espacio de 450
años en Egipto; son por lo menos cuatro a cinco generaciones que vivieron
sumidos en la esclavitud.
No era fácil lograr llevar a un
pueblo de la esclavitud a la libertad.
Era necesario, en primera instancia, sacarlos físicamente de Egipto;
esto tomó unas semanas; lo segundo era mucho mas complejo, sacarles el Egipto
que llevaban dentro; esto tomó cuarenta años en el desierto.
El desierto no solo era un paso
obligado de Egipto a la Tierra Prometida, a Canaán; el desierto era fundamental en el proceso de liberación, porque
representa la desprogramación de la vida de esclavitud a una nueva vida de
libertad; había que reeducar al pueblo para la libertad. Y los procesos educativos son lentos pero
seguros.
Ellos tenían que aprender a
pensar, sentir, actuar como personas libres; de lo contrario, cuando entraran a
Canaán, los volverían a esclavizar. Había
tres aspectos en los cuales debían desprogramarse de Egipto, en su mentalidad
de esclavos; en sus creencias, costumbres y hábitos; y en ser capaces de
concebir y construir sueños, anhelos y aspiraciones.
Ellos tenían una muy pobre visión
de si mismos, y esto tenía que ver con su mentalidad. Cuando Moisés envió a unos espías a inspeccionar
la tierra, regresaron con una impresionante muestra del fruto que había en ese
lugar; ciertamente era tierra que fluía leche y miel. Sin embargo, ellos no querían
entrar, porque se enteraron que en esa tierra moraban gigantes, y ellos se sentían
como langostas al lado de ellos.
Que inmenso desafío tenia Moisés como
líder de este pueblo; quienes además llevaron consigo las creencias, costumbres
y hábitos que tenían en Egipto. Cada vez
que tenían la oportunidad, salían a relucir su antigua forma de vida. Y por supuesto, una persona con mentalidad de
esclavo, no tiene sueños ni aspiraciones.
Infortunadamente, un esclavo no
se convence con palabras, será un largo tratamiento que deberá recibir, pasar
por muchos desiertos, hasta que se desprograme y se disponga a obedecer. ¿Porque le tomó al pueblo de Israel tanto
tiempo estar en el desierto que lo pudo cruzar en unas semanas? Porque esos 40
años, fue el tiempo que precisaron para desprogramarse de Egipto y aprender a
vivir en obediencia a los principios de Dios, que los harían libres y prósperos.

lunes, 5 de marzo de 2012

El duro precio de perder la cordura

“Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será
con las cuerdas de su pecado. El morirá por
falta de corrección, y errara por lo inmenso de su locura”. (Proverbios 5: 22-23)
Que complicado resulta lograr que una persona reconozca que
su vida es un enredo y que quiera salir de él.
La mayoría de los problemas que tenemos los seres humanos, son
situaciones que nos fabricamos, a pesar de ser advertidos de no hacerlo.
Hay personas que se la pasan por la vida culpando a otros de
lo que les pasa; acusan a sus padres, a sus maestros y lideres; señalan a sus
jefes; culpan a sus amigos y amores de su desgracia; reclaman al gobierno, a
Dios; en definitiva, consideran que la causa de sus problemas está afuera, no
en ellos.
Y con esa creencia, que todo lo que les pasa, tiene que ver
con algo que alguien hizo, no asumen la responsabilidad de sus actos, sino que
transfieren a otros esa responsabilidad, y en consecuencia, las decisiones y
las acciones pertinentes de cambio y mejora.
Lo insólito, es que son personas que se han equivocado muchas
veces en lo mismo, pero vuelven hacerlo; de nada les ha servido las experiencias
anteriores; la vida no ha sido una maestra, y las equivocaciones o errores no
han significado una terapia aleccionadora, sino que siguen en su actuar necio e
inconsecuente.
Conocemos el caso de un señor, que cada rato lo asaltan
ladrones, y se queja de ello, se lamenta.
Pero hay un común denominador cada vez que lo asaltan, él se encuentra
en estado de embriaguez. Luego, si lo asaltan, no es solo por la inseguridad,
es por su irresponsabilidad en propiciar la situación.
Lo triste de muchos, es que llegan a un momento en que cruzan
el límite máximo de la posibilidad de retorno, y ya para ellos no habrá una
oportunidad más; porque han agotado todas las “segundas, terceras y enésimas oportunidades
que se les han brindado”. Finalmente
quedan atados a sus pecados.
Y que decir de aquellos, que la muerte fue la triste conclusión
de sus decisiones irracionales, se atrevieron a desafiar la muerte, y a la
muerte no se le desafía. Jugaron con fuego,
abusaron de su buena suerte, o de la misericordia de Dios, y al final, salieron
lesionados, quemados, y en el peor de los casos, perdieron el don más precioso,
la dicha de vivir.
Se dice que errar es humano, pero adoptar una conducta errática,
no puede considerarse una debilidad, sino una irracionalidad; perder la cordura
y actuar locamente, estar fuera de control conduce a esa persona a un escenario
de autodestrucción, afectando a su familia, o a quienes le rodean.

sábado, 3 de marzo de 2012

Preparando los hijos para el futuro

“En el temor de Jehová esta la
fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos”. (Proverbios 14:26)
Los padres piensan que la
seguridad de sus hijos resulta de proveerles una herencia, y por eso se empeñan
en trabajar para dejarles bienes, recursos y riquezas; sin embargo dice el
manual de la vida, que lo primero en que los padres deben enfocarse y trabajar
es en construir en sus hijos la confianza en Dios.
La meta de todo padre debe ser,
lograr que sus hijos, no solo crean sino que le crean a Dios, que depositen en
el su seguridad y confianza. Y cuando un
hijo adquiere esa herencia espiritual, esa visión transmitida por sus padres, tendrán esperanza.
Niños y jóvenes que se levanten
con esa visión, su esperanza no será cortada; tendrán no solo visión de futuro
sino de la eternidad, tendrán ilusiones, anhelos, sueños para el mañana. Su visión
de la vida será clara, amplia, profunda, trascendente.
Una de las crisis actuales que se
presenta a nivel de los jóvenes, es su poca o ninguna visión trascendente de la
vida; su poca o ninguna expectativa de vida; jóvenes que no tienen deseos de
vivir, no cuentan con un propósito para la vida, y muchos se enfrentan a cada
instante a la realidad de la muerte.
Y esto se debe a una sola razón,
aquel que es “la vida y la luz de los hombres” no está actuando en sus
corazones. Pero si los padres logran la conexión
entre sus hijos y el autor y dador de la vida, todo tiene un sentido muy
diferente. El da razón de ser a la
existencia y sentido a la vida.
Concebir a un muchacho que se
conecta con el autor de la vida, nos lleva a creer que algo grande puede
suceder con el; que ese niño o ese joven, puede llegar a ser alguien especial,
alguien grande, alguien que se va a distinguir, a destacar, gracias a que su
vida esta en las manos de Dios.
Pero un “pelado” separado de
Dios, ¿Quién puede llegar a ser? Tal vez un miserable, un desgraciado, un
mediocre, un delincuente, un depresivo. ¿Qué expectativa para el futuro se
puede tener de un joven separado de Dios? Cualquier barbaridad puede cometer o sucederle
a una persona que no vive en sociedad con Dios.
Los padres deben esforzarse en
trabajar para llevar el sustento a la casa, a la familia, llevando bienestar al
hogar; pero eso es secundario, lo primario es construir la confianza en su
Hacedor. Y cuando un joven se levanta
sobre los hombros de un gigante, que es Dios, de ese joven hay una gran
esperanza, una alta expectativa de lo que puede llegar a ser, hacer y
trascender.
Caso contrario, un joven separado
de Dios, puede llegar a ser un problema, un parasito social, una carga para
otros, un dependiente de su familia. Los padres deben entonces, no solo
trabajar para traer prosperidad a sus hijos, sino en discipularles para que
aprendan ser prósperos. Que hagan de sus
hijos, hombres y mujeres cuyas vidas estén fundadas en los principios de aquel
que hacer de personas ordinarias, seres extraordinarios.
Hay confianza y seguridad en un
hombre que hace de Dios su aliado; que tiene en El su seguridad y confianza; de
una persona así, se espera lo mejor, lo mas grande; pero ¿Qué esperar de una persona
que está separada de El? Solo augurios de problemas, vaticinio de dolores de
cabeza, presagio de tristezas y aflicciones.

Obnubilarse por falsas expectativas

“El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se
apresura a enriquecerse no será sin culpa”. (Proverbios 28:20)
¿Quién es un hombre de verdad? Aquel que procede
correctamente, ése recibirá rica recompensa; no así, aquel que en su afán por
enriquecerse se desvía de su camino y termina enredado en negocios turbios o
abrazando riquezas de dudosa procedencia.
El problema de muchos es que toman el camino equivocado; se
dejan seducir o obnubilar por aquellos que les prometen, dinero o riqueza rápida,
sin mayor esfuerzo y riqueza no poca, que es justamente lo que les resulta mas
atractivo. Pero es de preguntarse, ¿es el camino correcto?
Basta dar una rápida mirada a la historia reciente de nuestro
país (Colombia) para corroborar, que quienes quisieron tomar el atajo o el
camino rápido, terminaron enredados, emproblemados; muchos en la cárcel y otros
murieron en su osadía.
Buscando la riqueza rápida y no poca, unos tomaron el camino
del narcotráfico, y lograron riqueza, mucha riqueza, ¿pero como han terminado?,
otros optaron por el camino de la corrupción; destruyendo la confianza en el país
y cayeron en la red que ellos mismos construyeron.
Están aquellos que eligieron el camino de lo ilícito, del
contrabando, las diferentes mafias; sin olvidar el caso de miles de miles,
quienes sin caer en delitos, también terminaron prisioneros de sus malas decisiones,
el caso de los que optaron por el camino del endeudamiento sistemático.
Cualquiera sea el caso, dentro o la margen de la ley, todos
estos casos nos sirven para demostrar que el afán por enriquecerse, lleva a las
personas a actuar alocadamente; a perder el control y a sucumbir ante las
consecuencias de sus malas decisiones.
Y aunque no todos han cometido delitos, sin han cometido
infracciones a la ley de Dios, se han alejado de los principios garantes del éxito
y de la prosperidad, sufriendo las consecuencias de dejarse llevar por la obstinación,
el amor compulsivo al dinero y la ambición por las riquezas rápidas.
Y que decir de aquellos que siguen esperanzados en el juego,
perdiendo grandes sumas de dinero, comprometiendo el patrimonio propio y el de
su familia; o el caso de aquellos que le siguen apostando a las loterías,
esperanzados, que un día, un golpe de suerte de pobre le sacará.
Es mucho mas juicioso, serio, responsable y razonable actuar
con prudencia y discreción; enfocarse en el trabajo, así éste demande un
proceso de mayor esfuerzo, espera, dedicación, sacrificio; pero al menos, la
persona sabe que no terminará sus días,
en un hospital, en la cárcel y
mucho menos en el cementerio por decisiones equivocadas motivadas por la
codicia o la avaricia.

Un poco candido pero no tonto

“El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus
pasos. El sabio teme y se aparta del
mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado”. (Proverbios 14:15-16)
Hay cinco debilidades que afectan a la personas y son causa
de todo tipo de problemas; y si una persona quieren ahorrarse dificultades o
dolores de cabeza, debe revisar su vida para no caer en alguna de ellas, y en
caso de presentarse, hacer los correctivos del caso.
ü Ingenuidad: Una persona ingenua puede
resultar admirada por su inocencia, pero abusada por otros debido a su
candidez. Ese candor puede terminar siendo para la persona en una debilidad
marcada de la que otros pueden sacar ventaja o provecho.

ü Inconciencia: hay personas que no se
alcanzan a dar cuenta del alcance y el impacto que pueden causar sus palabras y
acciones. Así sea evidente para quienes
lo rodean, la persona no se da por enterada de lo que hace y nadie le hace caer
en la cuenta de su error.

ü Intolerancia: Su incapacidad para
aceptar la diferencia o aquello que le molesta conduce a la persona a asumir
actitudes agresivas y hostiles; la intolerancia no solo se refiere a las
actitudes o conductas de otras personas; sino también a la incapacidad para
soportar la crisis, el dolor, el sufrimiento.

ü Inmadurez: Dice un precepto, “sed
niños en la malicia y maduros en el modo de pensar”; De un niño se espera que actué
como tal, lo mismo de un adulto, lo que resulta incomprensible, es un adulto se
siga comportando como un infante o adolescente, asumiendo actitudes o
comportamiento infantiles, incapaz de responder por su actos.

ü Inconstancia: aquella tendencia a
comenzar y no terminar; algunas personas son cíclicas, variables en su animo,
sus opiniones y decisiones. Es
lamentable que una persona así, nunca concluye, por tanto no obtiene resultados
a corto plazo y mucho menos a largo plazo.
Una persona simple es recurrente en estos aspectos que hemos
mencionado; desconcierta que frente a peligros eminentes, no toma decisiones
sino que se deja envolver y llevar por el devenir de las circunstancias. A
pesar de estar siendo avisado o advertido, actúa como sino lo estuviera.
No así una persona sabia; aquella que se mueve según la guía de
los principios de vida, que le permiten saber que hacer y como hacerlo en cada
situación que encare y enfrente; sea un problema a resolver; una necesidad a
satisfacer, un reto a asumir; una meta a alcanzar y desafío al cual responder.

¿Que sentido tiene la jactancia?

“No te jactes del día de mañana, porque no sabes que dará de
si el día”. (Proverbios 27:1)
Es perfectamente válido pensar y planear el mañana,
proyectarse al futuro; no solo es válido, es necesario hacerlo, es un acto
sabio, inteligente, prudente; al fin de cuentas, el ser humano es la única criatura
con la capacidad de anticiparse al futuro.
El tema en este caso no es soñar, pensar o proyectarse al
futuro; sino la inflexión del que se jacta, es decir, “ese cambio de acento o
de tono en la voz”, ese comentario con tono de orgullo, con aire de prepotencia,
autosuficiencia, esa actitud que se percibe de altivez, arrogancia; que deja un
sinsabor que no termina gustando.
Nadie es dueño del hoy ni del mañana; porque no sabemos con
exactitud la cuenta de nuestros días, ni el papel de la circunstancias; solo
Dios sabe en realidad que va a suceder.
El apóstol Santiago nos recuerda el sinsentido que resulta gloriarse o
vanagloriarse respecto del mañana:
“! Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal
ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis
lo que será mañana. Porque ¿qué es
vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y
luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais
decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. (Santiago
4:13-16)
No se puede confundir determinación con obstinación. “Lo voy a hacer y nada ni nadie me va a impedir
que lo haga”. Es el tono lo que molesta;
detrás de una frase hay una actitud encubierta; como bien puede ser una firme determinación
indeclinable a no renunciar a un ideal, puede ser de igual forma, una clara
evidencia de jactancia. Es sutil, por
eso debemos ser humildes y pedirle al Señor sabiduría.
Hemos aprendido, que en muchas ocasiones, Dios se verá en la
necesidad de “torcer” nuestros planes, con el fin de “enderezar” nuestros pasos
o “proteger” nuestra vida. Por eso, resulta tan oportuno el consejo de Santiago,
es mejor decir, “Si Dios quiere, haremos esto o aquello”, que Dios haga lo que
mejor le parezca.
Dice en otro texto, “la suerte se echa en el regazo, mas de
Dios es la decisión de ella” (Proverbios 16:33)
Lo que está en juego, es la actitud, hasta que punto esa persona está
dispuesta a ser humilde y dejarse guiar, a reconocer que puede estar
equivocado, a aceptar que sus planes pueden cambiar o ser mejorados.
Jesús enseñó acerca de un hombre que tenía muchos planes, “haré
esto y aquello”, “voy a edificar, voy a guardar… Cuando tenga mucho, voy a
reposar”. Y el Señor dice, “necio, como sabes tú, que esa noche vienen por tu
alma, y lo que has guardado, ¿para quien será? Ese es el caso de quien se hace
rico para el mundo, pero pobre para Dios.
Es mejor encomendarse con humildad, que andar jactándose y vanagloriándose.
¿Cuántos han tenido que salir con vergüenza a reconsiderar sus palabras o
afirmaciones? ¿Cuántos han tenido que reconocer que perdieron la cordura y se
dejaron llevar por la locura del orgullo y la soberbia? Es mejor callar, porque
luego de hablar descomedidamente, ¿Cómo se recogen la palabras?

viernes, 2 de marzo de 2012

La insustituible Palabra de Dios

“Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él
esperan. No añadas a sus palabras para que no te reprenda, y seas hallado
mentiroso”. (Proverbios 30:5-6)
Le suena familiar, “Dios dijo: Ayúdate que yo te ayudare”; son
muchos los que afirman esto con un tono de sapiencia insospechada; y aunque esta
frase no tiene nada de malo en si misma, el asunto es que Dios nunca dijo eso,
o al menos eso no está escrito en la Biblia.
Este caso nos sirve para plantear una situación que puede
pasar inadvertida y como algo inofensivo, pero que en otro contexto, puede
resultar muy peligroso; hay afirmaciones humanas que se han dicho en nombre de
Dios, que han terminado en “guerras santas”.
Recuerde que “todo texto, fuera de contexto, se usa como pretexto”.
A lo largo de los siglos se han levantado hombres, según ellos
“mensajeros de Dios”, que osadamente se han atrevido a hablar, enseñar o
anunciar sobre temas, visiones, doctrinas, que nunca salieron de la boca de
Dios, sino de aquellos que de su corazón se lo inventan.
De la manera que Dios nunca dijo, “ayúdate que yo te ayudaré”,
se enseñan doctrinas humanas y se hacen creer que son el pensamiento divino
revelado a la humanidad, pero no es otra cosa, que el afán de muchos, de ser
reconocidos, exaltados, y en consecuencia, seguidos como hombres iluminados.
Dice el Salmo, “la ley de Dios es perfecta, que convierte el
alma”; eso es lo que Dios hace a través de su Palabra, transforma el alma, el corazón
humano; ese es el poder transformador inherente a la Palabra; no así las
palabras persuasivas de humana sabiduría, que no dejan de ser eso, vana palabrería.
¡Existe tanto afán de protagonismo en el corazón de los
hombres!, Hay tanta ansiedad y ambición por parecer superiores; y no semejantes
a Dios, y ese afán es el que lleva a muchos a tomarse la vocería en nombre de aquel
que nunca les ha enviado, de hablar en su nombre, o de enseñar como doctrina de
Dios, enseñanzas de hombres.
A las gentes del mundo les ha despertado una inquietante
hambre espiritual, como nunca antes, las personas están buscando respuesta a
sus interrogantes básicos, pero no la van hallar ni en la filosofía, ni en la religión,
ni en la ciencia o en aquello que la Biblia denomina, la falsamente llamada
ciencia.
La mejor manera de conocer la verdad de Dios es ir a la
fuente, a la Biblia. El apóstol Pablo
dijo: “toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:16-17)

El conocimiento del Altisimo

“El temor de Dios es el principio de la sabiduría, y el
conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. (Proverbios 9:10)
En la vida cotidiana hay dos tipos de conocimiento, aquel que
se deriva del aprendizaje diario de las experiencias de la vida, de los
procesos mentales que elaboran los seres humanos, y aquel conocimiento que
proviene de profundizar en las verdades de la vida espiritual.
Quien se interese en la vida espiritual, debe tener en cuenta
que hay dos tipos de conocimiento, conocer acerca de Dios y conocer a
Dios. La gran mayoría de las personas
saben algo acerca de Dios, a esto llamaremos religión, pero muy pocos conocen a
Dios, lo que demanda una relación mas estrecha.
En el mundo están aquellos que se declaran ateos y no están interesados
en conocer a Dios ni acerca de él; aquellos que no creen pero están abiertos al
conocimiento; aquellos que dicen que creen, pero no le conocen; aquellos que
creen y le conocen, pero no obedecen; y aquellos que creen en Dios, le conocen,
y obedecen a sus principios y mandamientos, que viven una autentica conversión.
Luego hay dos tipos de fe, los que creen en Dios y los que le
creen a Dios, solo que para creerle a Dios y obedecerle, es menester conocerle,
y para conocer a Dios, necesariamente debemos aprender a escudriñar su Palabra,
porque Dios se ha dado a conocer al ser humano a través de su Palabra, la
Biblia.
¿Porqué hay tantas equivocaciones? ¿Por qué el ser humano es
reiterativo en cometer errores? ¿Porque está lejos del conocimiento del Altísimo;
conocimiento que no está escondido ni oculto, sino al alcance de todo aquel que
se disponga a abrir su mente y corazón a la riqueza que Dios ofrece? Por la terquedad y la obstinación humana, por
su anarquía.
Bien dice su Palabra, “mi pueblo perece por falta de
conocimiento”, y no se refiere al conocimiento académico o el que se adquiere
en la experiencia de la vida, sino a aquel conocimiento que comprende conocer y
entender las verdades profundas de Dios.
Dice otro texto, “Hijo mio, si recibiereis mis palabras y mis
mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia; y a la
prudencia diereis tu voz;: si como a la plata la buscares, y la escudriñares
como a tesoros, entonces entenderás el temor de Dios y hallaras el conocimiento
de Dios. Porque Dios da la sabiduría y
de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. (Proverbios 2:1-6)
¿Dónde está la clave? En adoptar una actitud humilde; es
dejarse guiar por el camino de la vida; en reconocer que antes que la creatura
está el Creador y brindarse la oportunidad de someter el entendimiento a la revelación. Él tiene para nosotros, “cosas que ojo no ha
visto, no oído ha escuchado, ni han subido a corazón de hombre, que son las
cosas que Dios ha preparado para los que le aman”.

jueves, 1 de marzo de 2012

Principios para ser felices

“Hijo mio, guarda mis razones, y atesora contigo mis
mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus
ojos”. (Proverbios 7:1-2)
Cada vez que usted va a un almacén o tienda y adquiere un
equipo o electrodoméstico, le entregan con el equipo o artefacto, el manual del
uso, en el cual aparece una recomendación o advertencia, “lea el manual de
instrucciones antes de usar el equipo”. Y es sabio seguir el consejo.
El ser humano es la “maquina” mas compleja y sofisticada que
existe, su diseño solo pudo ser concebida por la mente mas prodigiosa del
universo, la mente del Creador; si los hombres somos conscientes que no podemos
entregar un producto sin llevar consigo el manual, ¿Cuánto mas Dios?
Por supuesto, que a él no se le podría escapar un
razonamiento tan elemental. La pregunta
es, ¿Dónde está el manual para las personas? ¿Existe un manual para la vida? La
respuesta es, si; ese manual es la Biblia, que no solo es un libro, sino la guía
del Creador revelada al hombre para su felicidad.
Infortunadamente, con la Biblia sucede lo mismo que con la mayoría
de las manuales de equipos y maquinas que adquirimos, terminan guardados en una
gaveta o cajón, sin haber sido consultados previamente; hasta que un día
cualquiera, cuando el artefacto sufra algún daño o accidente, es cuando se
decide consultar el manual.
Paradójicamente, con el ser humano, ni siquiera esa opción se
da, ya que al sufrir una crisis, atravesar por una situación problema; afrontar
dificultades, o padecer aflicciones, las personas acuden a todo tipo de ayuda o
recurso, y solo en muy contados casos, deciden consultar el manual de vida.
Los consejos más valiosos que se guardan en el corazón de una
persona, son aquellos que vienen de sus padres, hay tres sencillas razones para
que sea así: 1) Son quienes les dieron la vida. 2) Son quienes les entregaron
su vida para criarlos. 3) Son las personas que más les aman.
Lo que muchos no alcanzan a entender, es que Dios, no solo es
el Creador de la vida y nos ofreció ese maravilloso don; de igual manera nos ha
dado todo lo que está a su alcance para que lo recibamos y seamos felices por
ello; y es el ser que nos ama con un amor eterno e inalterable.
La única manera de entenderlo, es conociendo su palabra y
viviendo por ella. Los mandamientos de
Dios no son gravosos, no son una carga, ni coartan la libertad; son
manifestaciones de un Padre amoroso, que busca el bien y la felicidad de sus
hijos.
Muchos consideran que sus bienes más preciados son materiales
o económicos, en realidad, nada es comparable con los principios que nos guían
por la vida y nos permiten ser personas plenas, realizadas, felices y prósperos.

martes, 28 de febrero de 2012

Buenos y malos trabajadores

“La benevolencia del rey es para con el servidor entendido;
mas su enojo contra el que lo avergüenza”.
(Proverbios 14:35)
En toda organización o empresa hay dos tipos de servidores,
aquellos que se destacan por su labor bien hecha y aquellos que dejan mucho que
desear. Los primeros, son de alivio para
el gerente o líder, los segundos, no dejan de ser un dolor de cabeza.
A lo largo de la historia, los teóricos de la administración
han debatido a que se debe que unas personas sean más productivas que otras; y
han surgido todo tipo de posiciones.
Aquellos que defienden las condiciones higiénicas laborales, es decir,
crear condiciones para que las personas trabajen sin ningún contratiempo.
Aquellos que se enfocan en la persona y tarea del líder, y en
su habilidad para organizar y dirigir equipos; aquellos que consideran que el
enfoque debe estar en los valores corporativos que le dan significado a la
tarea y en consecuencia, valor, significado y motivación a lo que cada persona
hace.
Y por supuesto, quienes se enfocan en el trabajador, sus
actitudes, sus aptitudes y compromiso con la organización. Hoy en día, en la mayoría de las empresas, ya
no solo se tiene en cuenta el cociente intelectual de las personas sino su
cociente emocional; la manera como la persona sortea sus desafíos o
dificultades.
¿Que Jefe, líder, gerente no quisiera que todos sus empleados
fueran “Triple A”? En la práctica sabemos que no es así. Mientras hay quienes superan las expectativas
y dan mucho más que una milla extra, hay otros que no cumplen ni siquiera con
el mínimo esperado.
Curiosamente, los que menos producen son los que mas exigen,
los que mas se quejan, los que mas se enferman, los que retrasan las tareas, los
objetivos; aquellos que menos resultados le generan a la empresa son las cargas
mas pesadas.
Es innegable que un gerente prefiera trabajar con aquellos
que son parte de la solución y no del problema, aunque en el liderazgo, el
asunto es a otro precio; porque una de las responsabilidades del líder está en
preparar, formar personas y lograr un equilibrio entre los que hacen mas y los
que hacen menos.
Cada persona debe definir en que bando quiere estar, si entre
aquellos que hacen bien su trabajo y prosperan por mérito propio; o en el bando
de aquellos que no hacen ni dejan hacer, y mas bien se convierten en una carga
o talanquera para quienes si quieren salir adelante. Muchos quieren gozar del privilegio, pero no están
dispuestos a pagar el precio.

lunes, 27 de febrero de 2012

Cuide su honor y el de los demas

“Trata tu causa con tu compañero, y no descubras el secreto a
otro, no sea que te deshonre el que lo oyere, y tu infamia no pueda repararse”.
(Proverbios 25:9-10)
Este llamado a la discreción y prudencia no es solo aplicable
en los asuntos financieros sino a diferentes situaciones de la vida. Es común, el caso de relaciones de familia,
amistad o negocios, que se ven comprometidas, afectadas, dañadas, deterioradas,
que terminan por romperse porque no hubo un manejo correcto de los negocios y
de aspectos privados o confidenciales.
Por lo general, cuando alguien quiere resolver una situación
personal de tipo financiero, a quienes primero acude en busca de una solución o
ayuda, es a sus familiares y amigos; pero infortunadamente, estas relaciones
pueden verse afectadas por un situación malograda, el asunto es que esta
situación trascienda a otros.
Cuando un amigo le falla a otro, en algo que se ha
comprometido, no solo afecta la relación que amenaza en perderse, sino que dependiendo
de la gravedad de la situación quedan amarguras, rencores, resentimientos, y
esto da pie, a que la persona que salió mas afectada, le cuente a otros.
Luego, una situación desafortunada entre dos amigos o dos
personas cercanas, es usada para enterar a otros del hecho. Y en esta parte, dice el Sabio Salomón, “ni
descubras el secreto”. Esto no significa
que usted vaya a recomendar a la persona, pero tampoco se trata de difamarla o
desacreditarla.
Porque el afán que mueve a la persona a descubrir a la otra,
ni siquiera es por advertir o prevenir a un tercero de algo que el ya vivió;
sino que la herida que no se ha sanado, y que sigue destilando, rencor,
amargura o resentimiento, es la que impulsa a la persona a hablar lo que
debiera callar.
Y el manual de la vida nos advierte de no desacreditar a
nadie; eso que le pasó, debe quedar entre usted y esa persona; más aun, a
considerar otros factores que tal vez llevaron a la persona a actuar de esa
manera, y que no siempre es la “mala fe”, o un comportamiento cuestionable.
No sea que aquel que le escuche, le diga, “a mi no me
cuente”, y salga usted regañado, por un tercero, a quien no le interesa saber
de ese asunto, ni participar de esa situación, y mucho menos prestarse para
desacreditar a alguien.
Si por alguna razón, tuvimos una experiencia desafortunada
con alguien, y quedó un malestar, esa no es una razón valida para ir contando
chismes, o desacreditando a la persona. Recuerde aquella regla de oro, “no
hagas a otro lo que no quieres te hagan a ti”. Todos alguna vez nos hemos equivocado, y esto
no le da derecho a nadie, de hacer de ese error una referencia obligada, para
difamar o deshonrarnos.

sábado, 25 de febrero de 2012

Saber rodearse de las personas correctas

“Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de
consejeros esta la victoria”. (Proverbios 24:6)
Los mejores dirigentes, para el caso del liderazgo, son
aquellos que se saben rodear de los mejores consejeros o colaboradores. En la vida diaria, se cumple algo semejante,
una persona no debe pretender ser un sabelotodo, pero si debe saber donde esta
todo.
Dice el adagio, “preguntando se llega a Roma”, y no se
equivoca la sabiduría popular, ya que es preguntando como una persona recibe la
información que necesita; a través de aprender a hacer las preguntas correctas,
pertinentes y oportunas, nos vamos abriendo paso por la vida aproximándonos al
destino que nos hemos trazado.
No se trata de hacer todo lo que otros le digan, porque seria
carecer de un criterio propio o de un juicio personal, pero un hombre sabio
saber escuchar, sabe recibir consejos, atender razones; no es de aquellos que
se cierran a lo que otros dicen, sino que en lugar de actuar ciega, terca y
caprichosamente, acepta y considera la opinión de otros.
¿Y cuanto más, si la opinión de aquellos, es una oferta
generosa, desinteresada, fraterna? ¿Por qué cerrarse a las luces de sabiduría que
nos ofrecen personas que han recorrido su propio camino y construido su propio
conocimiento? ¿Por qué desconocer el concepto de aquellos que han llegado a un
nivel de experticia o especialización en alguna materia?
Hay personas que no han aprendido a escuchar y esto los lleva
a escucharse solo y únicamente a ellos mismos. No necesita mucha demostración,
el planteamiento que dos piensan más que uno; el solo hecho de considerar el
punto de vista de otra persona, nos ofrece la oportunidad de contemplar un
panorama que hasta ese momento no hemos considerado.
Ahora bien, el secreto está en saber rodearse de las personas
correctas; los mejores amigos no son aquellos que se dedican a ofrecernos
elogios y alabanzas, sino aquellos que nos ayudan a abrir los ojos frente a una
situación de la cual podemos salir, ya sea o bien librados, o perjudicados. Ser amigo no es darnos siempre la razón, sino
ayudarnos a entrar en ella.
De otra parte, se requiere humildad, disposición en la
persona, para que la ayuda o colaboración sea efectiva. ¿De que le sirve a una persona rodearse de
los mejores sino los escucha, sino los deja actuar? ¿De que sirve contar con un
gran equipo, si quien los comanda es una persona egoísta y autosuficiente? No solo es contar con los mejores sino
aprender a trabajar en equipo, haciendo sinergias con los demás.

Primero el negocio y luego la casa

“Prepara tus labores fuera, y disponlas en tus campos, y después
edificarás tu casa”. (Proverbios 24:27)
En otra versión dice, “pon en firme tu negocio, antes de
construir tu casa”, y aquí se resume en una frase una de las reglas de oro mas
importantes para tener éxito en la vida, enfocarse en el negocio, antes que en
la casa; es decir, invierta en el negocio o en la empresa que éste le dará para
la casa, el carro, los estudios, los viajes y todo aquello que usted quiera
tener.
A cuantas personas le sucede, que se la pasan por la vida
haciendo gastos más no inversiones y por lo tanto su riqueza en lugar de crecer
y aumentar, decrece y amenaza con acabarse; porque frente al “tren de gastos”
que tienen algunos no hay dinero que alcance ni bolsillo que aguante. El asunto no es gastar sino invertir y garantizar
que haya retorno de la inversión.
Todo el mundo tiene derecho a tener su casa, el punto es cómo
lo va a lograr, ¿endeudándose hasta el cuello? ¿Hipotecándose de por vida?
Muchos llegan con la “buena noticia”, “!compré carro! En realidad no han comprado un carro, acaban
de adquirir una deuda del tamaño de un carro. “¡Compré casa!” Acaban de
adquirir una deuda del tamaño de una casa.
Un consejo sabio que toda pareja de recién casados debe
seguir, o recién graduado, es no endeudarse, ni asumir compromisos que vayan más
allá de su capacidad de pago, y esto deben hacerlo sin discusión. ¿Cuántas parejas se han frustrado, porque se
han endeudado, incluso antes de casarse?
Los primeros años deben ser para consolidar la relación, y las deudas
ponen en peligro la estabilidad emocional de la pareja.
La deudas, el estrés financiero, la angustia de no tener como
pagar los compromisos adquiridos terminan apagando muchas ilusiones, esfumando
sueños; la pareja entra en una tónica de tensión para la cual no se han
preparado, y poco a poco la magia va desapareciendo, los lazos que los unían en
un principio en lugar de fortalecerse se van rompiendo y la alegría de estar
juntos se va diluyendo.
En lugar de estar preocupados por llenarse de corotos y chécheres,
lo que debían estar pensando es en como van a hacer sostenible su relación en
el tiempo; porque en la medida en que la familia crece, llegan los hijos, los
gastos aumentan. Una casa llena de lujos
no garantiza calidad de vida a una familia, un negocio si puede ofrecerlo.
Primero es lo primero; la prioridad debe ser establecer un
negocio, o una fuente de ingresos que sea el medio a través del cual se suplen
las necesidades de la familia, primarias, secundarias, y en ese orden de días,
se van alcanzando otro tipo de aspiraciones. En este caso, el orden de los
factores si altera el producto.

jueves, 23 de febrero de 2012

Fiar no es vender

“Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño y al que fía
a la extraña, tómale prenda”. (Proverbios 27:13)
Salir por fiador de alguien y las consecuencias de hacerlo,
es una de las citas más reiterativas en el manual de la vida; si hay una acción
carente de sabiduría y que pone en riesgo el patrimonio personal y familiar, y
en algunos casos, la vida misma, es responder por las deudas de terceros.
En este caso, no solo se refiere a salir por fiador, sino a la
acción de fiar, aquella confianza en un tercero que se basa en creer que hará
lo que promete; y en términos prácticos y cotidianos, la costumbre de vender a
crédito. Por el afán de vender, la
persona le dice a su comprador, lleve ahora y pague después.
Si algo debe tener muy en claro un vendedor, es que la venta
no consiste en entregar una mercancía o producto; ni siquiera cuando se hace un
cierre; la venta se hace efectiva cuando se percibe el dinero causado por el
intercambio comercial, cuando “suena la registradora”; mientras tanto, no pasa
de ser una expectativa.
La mejor compra es aquella que se hace de contado; y de igual
manera, la mejor venta es aquella que se hace de contado. Hay personas que
rayan en el descaro, el abuso y la falta de vergüenza, no solo exigen un buen
descuento, sino un largo plazo para pagar, y lo hacen a su acomodo, sin tener consideración
o respeto por el vendedor.
Y como para variar, en nuestra sociedad en la que todo
funciona al revés, a pesar de los daños y perjuicios que causa el fiar, el
vendedor sigue fiando; y el comprador sigue abusando de la buena fe del
vendedor; o aprovechándose de su necesidad.
Por supuesto, que en todo hay excepciones, hay personas que
dan muestras de responsabilidad y cumplimiento, y gozan de buen crédito, pero
son las excepciones. Resulta demasiado
desgastante y desalentador estar cobrando a aquellos que ni siquiera dan la
cara, sino que se evaden o esconden para no pagar.
Las ventas es la profesión universal, es una actividad
maravillosa, gratificante, que reporta grandes satisfacciones y alegrías;
siempre que se realice dentro de las reglas de juego correctas; de allí la
importancia de elegir o seleccionar muy bien a los clientes. Un vendedor sabe
con quien negocia o que líos puede estar entretejiendo. En lugar de vender,
está comprando un problema, un enredo, un conflicto, una frustración personal,
y en algunos casos críticos, ganándose un enemigo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Que pesimo negocio es tomar venganza

“No digas: Como me hizo, así le haré: daré el pago al hombre según
su obra”. (Proverbios 24:29)
El odio o el rencor no es un buen consejero; una persona que actúa
bajo el influjo de la ira terminará presa en sus propias acciones; la mejor
manera de ganar un pleito es evitándolo, sin embargo, muchas personas se dejan
llevar por los deseos de venganza o desquite, cayendo en retaliaciones o
revanchismos que no conducen a ninguna parte.
Fortunas, dinero y lo mas importante, vidas se han perdido
cada vez que una persona se hunde en el fango del resentimiento, y busca cobrar
cuentas con terceros; y sin darse cuenta que está entrando a un laberinto de
odios y rencores, de donde difícilmente se puede escapar sin salir dañado o
perjudicado de algún manera.
¿Por qué asociar este tema de las venganzas con lo
financiero? Por lo que ya hemos mencionado, las retaliaciones se llevan a cabo
a un costo muy elevado; por regla general, son mayores las pérdidas y los daños
irreparables que ocasionan, que algo positivo que las justifique.
Jesús enseñó sobre el perdón a una sociedad acostumbrada a la
ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente”. Cada vez que una persona toma
la decisión de hacer lo mismo que otro le ha hecho, se convierte en su
semejante; y la acción que condena la terminan imitando.
Tan perverso resulta el que hace daño a alguien, como aquel
que en venganza hace lo mismo. El
problema es que esto se convierte en una cadena de “toma y dame” de nunca
acabar, y las pugnas que inician los abuelos, las continúan los hijos y los
nietos, y se vuelve un asunto generacional.
Mientras las personas sigan usurpando el derecho de hacer justicia,
de tomarse la justicia por las manos, la cadena de conflictos seguirá sin resolverse,
y la gravedad crítica de los problemas se irá acentuando cada vez más.
Mencionábamos, el problema que genera involucrar a los hijos
en estos asuntos, algo que resulta invariablemente inevitable; muchos padres
llevados por la ira, o por el fragor de las circunstancias, olvidan que sus
hijos los observan, los emulan, los imitan y termina cumpliéndose aquello que
reza, “como somos nos reproducimos”.
Muchos hijos han heredado las banderas de sus padres, pero no
aquellas banderas que se ondean gloriosas al exhibir los valores que exaltan la
dignidad y la libertad humana, sino aquellas banderas que sirven para alentar
los ánimos iracundos movidos por intereses bélicos, que dan rienda suelta a la todo
tipo de expresión de agresividad.

martes, 21 de febrero de 2012

La bendicion del trabajo

“¿Has visto hombre solicito en su trabajo? Delante de los
reyes estará; no estará delante de los de baja condición”. (Proverbios 22:29)
El único lugar donde éxito está antes que trabajo es en el
diccionario; para tener éxito en la vida hay que trabajar y hacerlo bien, solo
que debemos trabajar duro pero inteligentemente; dar todo de si, asegurándose que
todo esfuerzo se haga administrativa, eficiente, honesta y estratégicamente.
Tiene mucha alegría y swing lo que canta Alberto Beltrán, “a
mi me llaman el negrito del batey, porque el trabajo para mi es un enemigo, el
trabajar yo se lo dejo al buey, porque el trabajo lo hizo Dios como un castigo”,
pero quien piense de esta manera difícilmente tendrá éxito en la vida.
Muchos creen, como en aquella canción, que el trabajo se
deriva del pecado de Adán y Eva, y están equivocados, porque desde el principio
de la creación, Dios les había encomendado labores honrosas como era cuidar el Huerto
de Edén (deleite) y administrar todo lo creado.
Dios había puesto a los primeros padres en este hermoso lugar
para que lo labraran y guardasen; y de todo árbol y planta podrían comer,
principalmente de aquellos que tenían semilla, lo cual tiene una lógica elemental,
tomar la fruta, comer de ella, y luego tomar la semilla y sembrarla, para que
siga habiendo con que comer.
El trabajo tiene un propósito fundamental, ser el medio por
excelencia a través del cual logramos tres cosas: el sustento diario, aquello
que necesitamos para vivir; el desarrollo de nuestra capacidad humana,
creatividad o talento personal y es la forma de prestar un servicio a los demás,
viviendo en comunidad.
Hoy en día cuando hay déficit de empleo, hay superávit de
trabajo, y si una persona no ha conseguido empleo, debería ponerse a trabajar;
todo empieza con la disposición y la disciplina, y siempre hallara algo
significativo y productivo para hacer.
Dada la situación de desempleo que afronta la sociedad
actual, es comprensible que hayan desempleados; lo que definitivamente resulta
inaceptable es que hayan desocupados.
Luego, la tarea está en ocuparse.
Tampoco se trata de ocuparse en cualquier cosa, sino hallar
una tarea o trabajo que sea realizable, que estemos en capacidad de hacerlo,
sin que exija mucha preparación; realizante, que lo hagamos por gusto personal,
y rentable, porque nos debe generar el dinero o los recursos que precisamos
para nuestro sostenimiento personal o el de la familia.

lunes, 20 de febrero de 2012

La insulsa vida light

“Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el camino de la
inteligencia”. (Proverbios 9:6)
Una de las características de la sociedad actual es el estilo
de Vida Light, una vida carente de
valores, sin esencia; en esta forma de vida las prioridades de las personas están
marcadas por el placer (hedonismo), el materialismo, por la negación de las creencias, de los
principios (nihilismo)
A la sociedad de consumo que consume a la sociedad le viene
muy bien la vida light, se acomoda a sus intereses comerciales y
mercantilistas, haciendo uso excesivo de aquella admiración por todo lo que
esta de moda, principalmente por los modelos o patrones extranjeros (esnobismo)
No es que todo el mundo lo haga, pero si una inmensa mayoría lo
hacen, viven en función de las tendencias que marca el mercado; su afán consiste
en estar a tono con los últimos gritos de la moda; no solo en el vestir, sino en
vivir en función de las pautas actuales de la vida light.
Y estas personas tan interesadas en estar a la moda, poco o
nada les interesa ser mejores personas; lo suyo es lo trivial, lo superficial, lo
intrascendente; su mundo gira en torno al cuidado de la imagen y la vida de
apariencias. Cuidar la imagen personal o la apariencia no es algo incorrecto,
lo cuestionable, es la ausencia de los valores.
Ya lo hemos dicho, un patán con un Rolex, es exactamente eso,
un patán con un Rolex. Así sea el mejor
reloj del mundo, en nada sirve para hacer de un patán una mejor persona. ¿Qué es lo que buscan las personas con la
moda? Es solo sentirse a gusto por vestir o verse bien, o es la forma llamativa
de ocultar sus debilidades humanas y defectos de personalidad.
Esto no es nada nuevo, Willie Colon puso a miles de gentes a
cantar y bailar sobre el tema de “la chica plástica”, y en la misma canción, se
refiere al chico y la familia plástica.
Como olvidar aquellas memorables letras: “no te dejes confundir, busca
el fondo y su razón, recuerda se ven las caras pero nunca el corazón”.
Dice el sabio Salomón, “el simple todo lo cree”; asume que
aquello que le ofrecen lo va hacer feliz, se va a ganar el respeto o la admiración
de los demás; se convertirá en un conquistador en el amor, o será el objeto
deseado de muchos; conseguirá dinero, fama o éxito.
Lo que el simple no puede entender, es que nada puesto o
superficial, ningún accesorio convierte a un mediocre en una persona exitosa; a
una persona desdichada en feliz; no existe el elixir de la felicidad, el
perfume del amor, la colonia del éxito, o el aroma de la prosperidad; nada que
no sea aquello que viene del interior, del espíritu y del corazón, le servirá para
ser el tipo de persona que anhela ser.
La vida a veces nos ofrece pruebas duras, algunos han tenido
que perderlo todo, para encontrarse con aquello que les da el verdadero valor, sentido
y felicidad; para descubrir aquello que habían olvidado o abandonado y que es
lo único que realmente vale la pena conservar.

La estrategia del regateo en los negocios

“El que compra dice:
Malo es, malo es; mas cuando se aparta, se alaba”. (Proverbios 20:14)

Dice en otra versión,
“!Esto no sirve!, dice el comprador al regatear. Pero luego se vanagloria de su buena compra”. El tema en este caso, es el regateo, que es “el
debate o discusión sobre el precio de algo”. (DLE)

Por supuesto, que
hay productos y servicios cuyo precios están estandarizados y no tiene sentido
regatear, mucho menos cuando se compra al menudeo; al por mayor, las
condiciones podrían cambiar, y el regateo sería una posibilidad.

Algunos consideran
que regatear es de pésimo gusto o de mala educación, pero nadie se disgustaría se
le hicieran un buen descuento por su compra, al punto de vanagloriarse un poco
por haberse salido con la suya.

Y que decir, de la frustración
que sienten aquellos, que se enteran que otra persona logró un mejor precio,
por el solo hecho de atreverse a regatear; ellos no lo hicieron y tuvieron que pagar
hasta el doble o más en una compra.

De la manera que
existen estrategias para las ventas, las hay para las compras: Hacerse el difícil,
presentar objeciones, acompañarse de alguien que no está muy convencido, decir
que vuelve luego, pedir descuento por cantidad o pago en efectivo, actuar
imperturbable; en ultimas, los negocios son juegos de poder y persuasión.

También es cierto que hay compras en las cuales no
tiene sentido el regateo, por ejemplo, cuando le ofrecen un precio justo, ¿Por
qué tomar ventaja? ¿Por qué aprovecharse de la necesidad del vendedor? No
olvidemos lo que dice el Manual, “el obrero es digno de su salario”.

Hay todo tipo de
regateos, desde aquel que se da en las grandes negociaciones, hasta aquel que
resulta comiquísimo, y que se presenta todos los días, en los mercados, las
tiendas, en la calle con las ventas ambulantes.

Ahora bien, el
regateo debe ser respetuoso, no debe poner en duda la reputación del vendedor
ni la calidad del producto; se juega es con el precio, en un rango comprensivo
de oferta y demanda; en todo caso, y en honor a un trato justo reciproco,
debemos procurar el ganar-ganar, o no hay trato.

Lo importante es el
juego limpio, si hablamos que los negocios entran en el terreno del juego de
poder y persuasión, no por eso, debe darse el engaño, la manipulación, la
trampa, que dañan las relaciones y cierran las puertas a futuras negociaciones.

Un cliente
satisfecho regresa, recomienda y trae más clientes; de igual manera, un vendedor
satisfecho, ofrece a su cliente mejores ofertas; en la práctica construyen una relación
de fidelidad y confianza, en la que cada uno sabe que cuenta con el otro, y están
seguros de la oferta y la demanda.

domingo, 19 de febrero de 2012

La vida miserable del avaro

“Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de
venir pobreza”. (Proverbios 28:22)
Hay dos actitudes muy comunes en
la vida humana que son causa de esclavitud financiera, la codicia y la avaricia. La mayoría de los problemas financieros, se
originan precisamente, en una visión incorrecta de la prosperidad y del manejo
incorrecto del dinero y los recursos.
La codicia es un deseo
desenfrenado, compulsivo, frenético, enfermizo de querer tener lo que otro
tiene; de allí se deriva, “codiciar los bienes ajenos”, “codiciar la mujer
ajena”; la avaricia, es un deseo desenfrenado, compulsivo, frenético, enfermizo,
de querer tener mas de lo que ya se tiene.
Tanto el codicioso como el avaro
son personas insaciables, insatisfechas, su ambición no tiene limites, por tanto
son personas indeseables, desgraciadas e infelices, no solo no están contentas
con lo que tienen, sino que tampoco lo disfrutan; rico no es el que mas tiene,
sino el que menos necesita; feliz es el que ha aprendido a vivir con lo poco o
lo mucho que tiene.
Lo más lamentable es que el avaro
es mezquino por naturaleza, es tacaño con todos, principalmente con la persona
que tiene mas cerca, el mismo. Es miserable
consigo mismo; no se permite aprovechar o disfrutar lo que tiene; cualquier
goce o disfrute que tenga, para él es una perdida.
Es bien conocido el caso de
personas que murieron, en una aparente pobreza, pero escondiendo una gran
riqueza; la mente desviada del avaro lo lleva a pensar, que cada centavo que se
gaste es como descompletar la ficha de un gran rompecabezas o una pieza
fundamental de una maquina que no puede perder.
Los bienes que más disfrutamos son
aquellos que compartimos con otros, al menos con los seres queridos. El avaro no piensa de esa manera, porque su
mentalidad es enfermiza; el avaro se ha enfocado en guardar, en atesorar; el
prefiere guardar el dinero así no tenga con que comer o vestir, o al menos
hacerlo dignamente, eso lo convierte en
un ser mezquino, miserable.
¿Es pobre un avaro? Si, muy
pobre, porque ha hecho de su dinero su principal pobreza; su dinero lo ha
empobrecido como ser humano; lo ha convertido en un ser egoísta y miserable;
una persona con la que nadie quisiera tratar y menos convivir.
El avaro no puede entender que
hay riquezas que son más importantes y valiosas que el dinero o los bienes
materiales; él no lo entiende, porque es algo que corresponde a la vida
espiritual, y por tanto se discierne desde el espíritu, mientras que el avaro,
vive enfocado y cimentado en el materialismo.
El secreto en la vida no consiste
en tener todo lo que se quiere, sino en querer y disfrutar lo que se tiene;
entre mas livianos estemos, mas felices seremos. Las personas que están apegadas a lo
material, difícilmente se mueven con facilidad; una personas que tiene sus
manos llenas, ¿como recibe algo nuevo, o algo mas? El secreto está en recibir, desocuparse para
recibir más, tal vez no lo mismo, sino algo nuevo y diferente.

viernes, 17 de febrero de 2012

La bendición de sentarse a la mesa en familia

“Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas
llena de provisiones”. (Proverbios 17:1)
Hay bienes espirituales y emocionales que son invaluables y
que de ninguna manera están al nivel de los bienes materiales; y de buena gana
se cambiaria un bocado seco pero en paz, que estar frente a un banquete
servido, pero en medio de disputas y discusiones.
Hay familias en los cuales sus miembros no se soportan, ni
siquiera pueden sentarse a la mesa y compartir juntos una cena. Que bendición tan grande, el que una familia se
junte en torno a la mesa, y se una en espíritu y de corazón en oración dando
gracias por la provisión de cada día.
Hay muchos que su comida es un “pan de dolores”, porque al
momento en que toman los alimentos están cargados de tensión, de conflicto, de
emociones negativas fuertes, y no hay que ser un experto en la materia, para
entender, que una comida bajo esas condiciones no es provechosa, el organismo
no la asimila correctamente.
Sin pretender rendirle culto a la comida, el momento en que
tomemos los alimentos debe ser una especie de ritual, donde todo nuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, estén concentrados en lo que se está haciendo, y asimilando cada
porción de comida, de tal manera que sea una ingesta nutritiva para el alma y
el cuerpo.
Hay personas mezquinas que humillan a sus comensales con el
plato de comida que les sirven, los cuales pueden ser sus padres, sus hijos, algún
pariente o amigo. ¿Cómo una persona puede hacer esto? ¿Cómo puede humillar a
otro por un plato de sopa, por un poco de arroz?
Jesús dijo: “cuantas veces tuve hambre y no me diste de
comer? ¿Cuántas veces tuve sed y no me diste de beber? Y preguntaran, ¿Cuándo te
vimos así? Y el dirá: “cuando lo hicieron con uno de mis pequeñitos conmigo lo
hicieron”.
La cena tiene tal valor espiritual que fue justamente en este
escenario donde Jesús dio a sus discípulos una de las lecciones mas profundas
del amor, la fe, el servicio, la humildad; cada vez que tomen esta cena, en la
forma que él lo hizo, dijo en aquella ocasión, siguen mi ejemplo y hacen
memoria de mi.
Dejando en claro que una cosa es la santa cena y algo muy
distinto es una comida habitual, no por eso debemos quitarle a la comida el carácter
sagrado y santo; ofreciendo a Dios esos alimentos y dando gracias por su provisión
generosa; tanto por la física como por la bendición de disfrutarlo en paz y armonía.
Si una familia no tiene la oportunidad de reunirse diariamente,
deben procurar hacerlo con cierta frecuencia, y siempre aprovechar esa valiosa
oportunidad de “compartir el pan y las oraciones”, de la manera que los hacían los
discípulos del primer siglo, lo que generó en ellos unos bastiones
fundamentales de la fe: La unidad y el amor.

El que mucho aplaza poco alcanza

“El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la
vereda de los rectos como una calzada”. (Proverbios 15:19)
El perezoso tiene una particularidad la procastinacion, es
decir, la mala costumbre de dejar todo para después, de aplazar sus deberes,
tareas, compromisos; y por estar aplazando, no concreta ni alcanza objetivos.
Esto es básico y no necesita mucha explicación, quien se la
pasa aplazando sus tareas, difícilmente llegara
a sus metas, lograra sus objetivos. Las tareas son acciones intermedias hacia la
meta final, son cursos de acción a seguir para lograr los objetivos; pero si se
evaden, se aplazan, se olvidan, ¿Dónde que quedan los objetivos?
Existe una gran diferencia entre un camino y una calzada; el
camino se halla en su condición natural, agreste, lleno de piedras, hoyos, setos,
y un sinfín de obstáculos, que no lo hacen apropiado transitar por el.
La calzada es un camino que se ha construido, que se ha
allanado, es un sendero mejorado, perfeccionado; se le han quitado todo tipo de
piedras, obstáculos, y se ha convertido en una senda segura, transitable. Dice la Biblia, “la senda de los justos, es
como la luz de la aurora, que van en ascenso hasta que el día es perfecto”.
Dice en otra parte, “haced sendas derechas para vuestros
pies, para que lo cojo no se salga del camino sino que sea sanado”; pero esto
demanda trabajo, esfuerzo, dedicación, disciplina, responsabilidad,
determinación. Los resultados esperados
no son fruto del azar o la casualidad, sino la consecuencia de la laboriosidad
y la constancia.
La pregunta es ¿porque una persona deja para después? Pueden
existir muchas razones, aunque en el texto se nos da una razón básica, la
pereza. Si algo es una verdad de a puño,
es que “el perezoso desea y nada alcanza”. ¿Por qué? Porque no hace nada para
conseguirlo; solo con desear no es suficiente.
Cada vez que se deja para después, se siguen cultivando setos
de espinos que obstaculizan el paso; es permitir que hayan piedras de tropiezo,
que frenan al caminante. Así es el campo del perezoso, así es su viña, por toda
ella crecen espinos, ortigas, y la cerca de piedra esta destruida.
La vida es también una carrera de relevos, en donde cada
persona o equipo, va construyendo una parte de la calzada, o mejorando lo que
otros han hecho. Unos se encargan de
abrir el camino, pero el deber de los que vienen, es perfeccionarlo. Infortunadamente, algunos en vez de mejorar,
dañan con sus acciones o no acciones lo que otros han hecho.

domingo, 12 de febrero de 2012

Antes del compromiso es la reflexion

“Lazo es al hombre hacer apresuradamente voto de
consagración, y después de hacerlo, reflexionar”. (Proverbios 20:25)
En el mundo de las ventas el poder de la persuasión juega un
papel determinante; un vendedor es un seductor por naturaleza, es una persona
entrenada, adiestrada para lograr su objetivo, vender. Quien piensa que puede
sortear a un vendedor profesional, no sabe realmente a quien se enfrenta ni en
que terreno esta pisando.
Los vendedores se han especializado en el manejo de las
objeciones, y difícilmente pierden una batalla por duro que sea el contendor. Y
así eso llegara a suceder, se las ingenian para que su derrota en la arena de
las ventas, no sea notoria, sino que su honor sea librado.
En cierta ocasión fuimos invitados a un evento, donde venden
acciones para tiempo compartido, una modalidad de turismo vacacional, fuimos
claros en exponer porque razón no estábamos interesados, ya tenemos nuestra
forma de viajar y descansar, y consideramos es la mejor opción, y a menos
que nos ofrecieran algo mejor lo
consideraríamos.
Nuestra opción no fue superada, por lo que tampoco accedimos
a comprar lo que nos ofrecían, lo insólito de la anécdota, es la petición que
nos hicieron,” ustedes se van a poner de pie y van hacer parecer a los otros
asistentes que compraron el servicio, mientras les damos un aplauso de
celebración”. Parece que este ultimo recurso, ayuda a que otros se motiven a
comprar.
El asunto es que, llega un momento en la vida en que uno debe
preguntarse, ¿porque compré algo que realmente no necesitaba? ¿Por qué adquirí
esto sino es una prioridad? ¿A que hora me embarqué en este asunto? ¿Porque
tuve que tomar este compromiso? ¿Y ahora, como deshago de el?
Hay una sencilla ley de los negocios, y es que antes de tomar
una decisión, asegúrese de haberlo reflexionado lo suficiente; algunos dicen:
“consúltelo con la almohada”; “pida asesoría”, “ore”, “analice otras opciones”,
“piense con cabeza fría”, “no se apresure”; todas son validas, el punto es
pensar bien, antes de actuar.
¿Porque amarrarse o atarse a algo o a alguien? Porque asumir
un compromiso sin haberlo pensado bien? ¿Por qué hacer voto de consagración? Y luego
de hacerlo, ponerse a reflexionar, para entonces ya será tarde.
La acción clave aquí, es no apresurarse; el problema no es
hacer un compromiso, o hacer voto de consagración, sino el hacerlo sin haber
hecho una reflexión a fondo del asunto; sin haber considerado los pormenores de
la decisión.
Y volvemos al principio, es mejor evitar exponerse a un
experto en el manejo de la persuasión que intentar sortear la situación con
elaboradas objeciones. La mejor manera de salir ganador una discusión, es
evitándola. Tome el desvío o el retorno, si mas adelante en el camino, hay un
peligro o un problema que se avecina.

sábado, 11 de febrero de 2012

La bendicion de actuar con lucidez mental

“El temor de Dios es para vida, y con el vivirá lleno de
reposo el hombre; no será visitado de mal”. (Proverbios 19:23)
¿Qué es el temor a Dios? Es el pleno reconocimiento de su soberanía
en nuestra vida, es anteponer sus principios
a nuestros paradigmas y sujetarnos a ellos; es la rendición de nuestra
voluntad a la suya; es la decisión de vivir una vida grata a los ojos de
Dios. Es el principio de la sabiduría.
Y si en algo debemos ser sumamente sabios es en el manejo de
las finanzas. Dice en otra parte del manual de la vida, “raíz de todos los
males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la
fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. (1 Timoteo 6:10)
Si una persona no tiene una actitud correcta frente al
dinero, ni un manejo adecuado, va a incurrir en muchos errores, y va a atraer
para si muchos males y dolores innecesarios, los cuales podría evitarse, si tan
solo, maneja su vida y finanzas sobre la base de los principios garantes de éxito
y prosperidad.
Hay dos efectos muy positivos en una persona que aprende a
reconocer la soberanía de Dios en su vida y se atempera a sus principios; en
primer lugar, será una persona que estará llena de reposo, gozará de una
inmensa paz interior y de una tranquilidad sin límites, esto ya es un gran
beneficio y una invaluable ganancia. Nada
comparable, con sentirse en paz con Dios, consigo mismo y con los demás.
En segundo lugar, “no será visitado por el mal”, es decir,
males ni dolores vendrán a su vida, a su familia, a sus negocios. Se ahorrará muchos malos momentos, muchos
tragos amargos; alejará de su vida la aflicción derivada de los enredos y
compliques financieros.
Una persona que actúa en el temor de Dios, es receptiva a su
luz y sabiduría, por lo tanto, goza de salud y lucidez mental, que es
fundamental para un manejo efectivo del dinero, los recursos, la administración
de los bienes, y los negocios.
¿Cuantas personas por actuar apresuradamente, por dejarse
llevar por los impulsos, las emociones, las presiones de las personas y
circunstancias, terminan enredados en los negocios de la vida? ¿Cuántos por no
actuar sabiamente sacrifican su paz interior, su felicidad, la armonía de su
familia?
Por eso, nuestra insistencia, en invitarle a hacer sociedad
con Dios, a someter su entendimiento a la revelación, a matricularse en la
escuela de la fe, y aprender a vivir en obediencia a sus principios soberanos; aprender
a descansar y esperar en el. La única manera
de comprobar que funciona, es intentándolo.
Pero no solo una vez y abandonar el proceso, sino permaneciendo hasta
empezar a ver los resultados de su fe y obediencia. Por Alexander Dorado Alban.

viernes, 10 de febrero de 2012

Vivir endeudado es vivir esclavizado

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado
es siervo del que presta”. (Proverbios 22:7)
Muhammad Yunus, fundador del Banco Grameen, fue quien
desarrollo el concepto del microcrédito concedido a las personas mas humildes
que no tienen como acceder a un préstamo bancario convencional; por incentivar
el desarrollo económico desde las bases sociales, y por esta labor le mereció
el Premio Nobel de Paz (2006)
Yunus contradijo aquella ley natural, que el pez grande se
come al chico, o en términos sociales y económicos, el rico se hace cada vez mas rico, y el rico cada vez mas pobre,
debido a la explotación que hace el rico del pobre. Y en esta acción básica de los pueblos, yace
la gran causa del porque hay cada vez mas pobres en este mundo.
Jesús dijo, “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”,
haciendo referencia a la pobreza como una sociopatía que no debemos desconocer;
pero esto no significa que debamos consentir la pobreza, resignarnos a ella, y
mucho menos, permitir que esta situación crezca a una dimensión inmanejable.
La solución al problema tiene que ver con un cambio de mentalidad,
tanto para el pobre como para el rico. Para el caso del rico, que no se
aproveche de su condición favorable de tipo económico o solvente para
enseñorearse del necesitado. Y el pobre,
que no se convierta en un esclavo de sus deudas o acreedores.
Y cuando hablamos de cambio de mentalidad, no es solamente
para el caso de los más pobres entre los pobres, sino en general, para toda
persona que ha convertido el endeudamiento en un modo de vida. Personas que no han salido de una deuda y
entran en otras más.
Y ni que hablar de aquellos que han adquirido prestamos con interés
de usura quedando atrapados en un callejón sin salida; hoy en día pululan en
las ciudades mafias e industrias criminales que se dedican a los prestamos de
usura, el problema es que existen, porque hay clientes, sino hubieran quien les
prestara, no tendrían razón de existir.
Si una persona quiere ser verdaderamente libre en el plano
financiero, debe tomar una decisión, cancelar sus deudas y no volverse a
endeudar. Y ante todo, algo que resulta mucho
mas importante, entender, que mientras le deba a alguien, se convierte en su
esclavo, y su trabajo, tiempo, dinero, recursos y hasta bienes, son de esa
persona.
Algunos piensan que la esclavitud fue abolida, pero están equivocados;
porque la esclavitud sigue vigente, solo que en la actualidad tiene diferentes caras
y matices; la mas común, la esclavitud financiera, que sigue cobrando la
felicidad de millones de personas, que no saben como ser libres.

jueves, 9 de febrero de 2012

La victoria en sociedad con Dios

“El caballo se alista
para el día de la batalla; mas Dios es el que da la victoria”. (Proverbios
21:31)
Dice Covey en sus siete hábitos
de la gente altamente efectiva, “comience con un fin en mente”; esto es
fundamental para lograr un objetivo en la vida; pero en la practica no basta
con tener un objetivo, sino que éste sea adecuado. Si una persona no sabe hacia donde va,
cualquier rumbo le sirve, pero en el camino se embolata.
En la hay tres situaciones que se
pueden presentar: no tener objetivos, tener objetivos equivocados, tener los
objetivos correctos. Podría resultar
mucho mas peligroso y frustrante tener objetivos equivocados a no tenerlos; de allí
la importancia de acudir a la sabiduría de lo alto, para no apoyar la escalera
en la pared equivocada.
De otra parte, no basta con tener
visiones de futuro, sino contar con las estrategias correctas; tan importantes
son las metas como los métodos. Una persona
puede tener metas correctas, pero equivocarse en los métodos. Y volvemos a lo mismo, así la persona tenga
objetivos y metas adecuados, pero las estrategias y métodos que utiliza con
incorrectos, no logrará obtener los resultados esperados.
Por supuesto, que en todo este
proceso, los principios y valores son determinantes. Los principios y valores garantizan la
rectitud de los objetivos, nos aseguran que vamos por el camino correcto, nos
generan la seguridad y tranquilidad de conciencia de saber que estamos haciendo
las cosas bien, y son garantes de éxito.
Pero nunca olvidemos la
importancia de estrategias eficaces. De
lo contrario, nuestro trabajo quedaría resumido a buenas intenciones o propósitos,
pero sin resultados efectivos. Y siendo
honestos, no podemos pasarnos por la vida conformistas y resignados a
resultados no esperados ni anhelados, quedando con la a la deriva o al margen
con satisfacción de “por lo menos lo intentamos”.
Nadie quiere ir a una batalla, a una competencia
para perderla; de allí la importancia de lo que nos dice el sabio Salomón, de
una parte debemos prepararnos para el éxito, y hacer todo aquello que esta en
nuestras manos para que las cosas nos salgan bien y conseguirlo; de otra parte,
considerar asociarnos con aquel que tiene poder para darnos la victoria, aun en
situaciones que escapan a nuestro control o posibilidades.
Tener en cuenta a Dios no solo es
una acto de fe, sino de humildad, es una manera de evitar caer en la jactancia
y en el orgullo personal. Una de las razones más comunes de fracaso es la
soberbia. Las personas llegan a estar tan
convencidas de su capacidad y autosuficiencia, que yerran en aspectos
elementales que subestimaron o dieron por hecho.
La preparación demanda estudiar y
planear cuidadosamente una acción ante de llevarla a la ejecución, o feliz realización.
Recuerde, no es tramar, ni conspirar, ni maquinar maquiavélicamente algo,
porque en este tipo de plan no actúan los principios y valores; y en consecuencia, estaríamos actuando por fuera
del respaldo y la bendición de Dios. Por Alexander Dorado Alban.

martes, 7 de febrero de 2012

El hombre se dispone y Dios le responde

“Del hombre son las
disposiciones del corazón; mas del Señor es la respuesta de la lengua”.
(Proverbios 16:1)

Algunos piensan que
con Dios funciona aquella fórmula, que el “hombre propone y Dios dispone”; sin
embargo no es exactamente así, si el hombre se dispone, Dios responde. Una vez que una persona se dispone a obedecer
y a creerle a Dios, Él no se hará esperar en sus respuestas.

Muchos se preguntan
y hasta se quejan, ¿Por qué Dios no les ha respondido a sus peticiones? Sin
embargo, lo que debieran preguntarse es, ¿Qué tanto ellos se han dispuesto en
su corazón a creerle a Dios, a aprender a vivir por sus principios, a obedecer
sus mandamientos?

Han transcurrido mas
de 5000 anos desde la Creación del mundo, y hasta hoy en día, ni Dios ha
mentido, ni la Biblia, que es el manual de vida por excelencia ha fallado; la
causa de todos los problemas que el ser humano se ha fabricado a lo largo de la
historia se debe precisamente a que ha quitado los ojos de Dios y ha alejado su
corazón de su Creador.

Ahora bien, dice la
escritura, ‘’No tienen es porque no piden, y si piden, piden mal, para gastar
en sus deleites”. Si una persona piensa que Dios le va a conceder todo lo que
desee, está en un error, porque Dios no es una especie de genio mágico que
concede deseos o complace caprichos. Él
es un Padre, y da a sus hijos lo que estos necesitan.

En la medida en que
se avanza en la vida de fe, en el conocimiento espiritual, se va descubriendo
que Dios siempre responde. A veces dice,
“Si’’, otras veces dice, ‘’No”, en ocasiones dice, “después”; o “te tengo algo
mejor”. También en virtud a nuestro
libre albedrio, nos deja en libertad de hacer lo que mejor nos parezca; claro
esta, asumiendo la responsabilidad de nuestras decisiones.

La actitud mas sabia
que una persona pueda tomar es hacer a Dios participe de todas sus decisiones,
esto significa una plena disposición a hacer su voluntad, a someter el
entendimiento a la revelación, a abandonar toda programación o esquema mental y
decidirse a vivir por principios.

Muchas personas lo
hacen, es decir, involucran a Dios en su vida, pero no en todas las áreas de su
vida, una de ellas, la vida financiera.
Creen que Dios solo está para prodigarles su paz y amor, pero los
asuntos financieros los manejan ellos según su parecer, es cuando empiezan los
problemas.

Disponerse para
Dios, es tomar la decisión de hacer las cosas al estilo de El y ya no de si
mismo, de los demás, o de los parámetros del mundo; es seguir el ejemplo de Jesús
cuando dijo: “no se haga mi voluntad sino la tuya”. Siempre que una persona abrigue esa actitud
genuina en su corazón, no hay razón para que de parte de Dios, no haya una
respuesta oportuna para esa persona.

domingo, 5 de febrero de 2012

El dinero no borra pecados

“No aprovecharan las riquezas en el
día de la ira; mas la justicia librara de muerte. La justicia del perfecto
enderezara su camino; mas el impío por su impiedad caerá. La justicia de los rectos los librara; mas
los pecadores serán atrapados en su pecado”. (Proverbios 11:5-7)
Algunos piensan que el dinero lo
compra todo, por eso se atreven a comprar conciencias; pagan a otros para que
borren sus faltas. De allí aquel dilema,
¿Quién es mas culpable? ¿El que peca por la paga, o el que paga por pecar?.
En alguna época de la historia, la
religión promulgó una costumbre perversa totalmente alejada de la sana
doctrina, “el pago de indulgencias”, la gente pagaba dinero para que sus
pecados fueran borrados. Bien sabemos
que el único sacrificio suficiente para Dios por los pecados de los hombres, es
la obra redentora de Cristo en la Cruz.
Las personas cometen todo tipo de
fechorías, pero llega un momento en que la vida les pasa factura, y no habrá
dinero suficiente para cubrir o borrar sus faltas; abusan de su “suerte”,
cruzan el limite, y luego ni el dinero, ni las relaciones podrán salvarle de un
juicio implacable.
Solo hay un camino para evitar caer o
ser librados en el día del juicio o de la muerte, y es una vida recta delante
de Dios y de los hombres. Una persona que
ha actuado en integridad, será ésta su mejor carta de presentación y su mejor e
incuestionable defensa. Pero un
impío como puede ser librado, si sus
obras lo acusan.
El problema de fondo en una persona
que paga por la peca, es que insiste en pecar; en el o ella no se halla una
autentica actitud de arrepentimiento, de cambio; no solo paga cínicamente para
que sus pecados sean borrados, sino que en la mayoría de los casos, sigue en lo
mismo, sin intención de abandonar lo que viene haciendo.
Lo que no calcula, es que todo en
este universo tiene un límite, y existen leyes tanto físicas, humanas como
espirituales que no pueden ser desconocidas y mucho menos violentadas, y tarde
que temprano, “tanto va el agua al cántaro, que termina rompiéndose”.
Una de esas leyes infranqueables, es
la ley de la siembra y la cosecha, “todo lo que el hombre sembrare, eso segara”. Si una persona, a pesar de ser advertida de
no seguir en un camino de muerte, sigue por allí, terminará sufriendo las
consecuencias de un destino que la persona eligió y se fabricó.
No son el dinero ni las relaciones
las mejores aliadas a la hora de salvar el pellejo, sino un testimonio de vida
incuestionable. Si se han cometido errores, Dios y la vida nos darán la
oportunidad de corregirlos y de no volverlos a cometer, y en ese sentido,
siempre habrá una segunda oportunidad para quien quiera rehacer su vida y
conducirse por la senda recta de la verdadera prosperidad.

viernes, 3 de febrero de 2012

El error de creerse sabio en su propia opinion

“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu
propia prudencia. Reconócelo en todos
tus caminos, y el enderezara tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión; teme a Dios, y apártate del mal;
porque será medicina a tu cuerpo y refrigerio para tus huesos”. (Proverbios
3:5-8)
Los paradigmas son formas de pensamiento al servicio de las
personas, resultan muy útiles cuando los usamos como guías que nos ayudan a
resolver rápidamente situaciones, pero se convierten en autenticas celdas o
prisiones, cuando se vuelen esquemas únicos, que cierran la mente o encierran a
las personas y las privan de percibir otras posibilidades.
Una persona paradigmática, esquemática, o como algunos le llaman
con la “mente cuadriculada”, difícilmente da el brazo a torcer; asume
posiciones inflexibles, rígidas, que terminan marginando a la personas a otras
alternativas de acción.
Por supuesto, que no estamos hablando de principios, los
cuales no se negocian; sino de formas de ver las cosas, posiciones frente a una
situación, maneras de comportarse, decidir, de hacer las cosas, las cuales, la
persona no quiere dejar ni abandonar; y esto le lleva en muchos casos a actuar
de manera terca, necia y caprichosa.
La prueba reina que enfrenta la persona, no tiene que ver con
otras personas, ni consiste en cotejar o confrontar sus pensamientos con los de
otros, sino cuando la persona es confrontada con la verdad de Dios; cuando en
un lado de la balanza están puestos los pensamientos de la persona y en el otro
lado, los pensamientos de Dios, sus principios eternos.
Es muy lamentable observar como una persona se labra su
propio fracaso, por el solo hecho de conservar una actitud inalterable, por
cerrarse a un universo que ni siquiera conoce y mucho menos ha considerado o
puesto a prueba.
Hay personas que prefieren sufrir las consecuencias de sus
decisiones equivocadas, que pasar por la “penosa” (así lo ven) pero sabia y
oportuna reconsideración de su posición. Prefieren salir lesionados de alguna
manera, que reconocer sus errores o equivocaciones. Y si tuvieran oportunidad
volverían hacer las cosas igual.
Y ni que decir, de lo incapaces que se vuelven a la hora de
pedir de perdón, de reconocer a otra persona que sus errores causaron daño o
lesionaron a terceros. Sin embargo, el sabio Salomón, nos ofrece una única
alternativa, confiar en Dios sin reservas.
Y la demostración de esa confianza es una vida de obediencia
a sus principios; es aceptar que nunca la mente de la criatura supera a la de
su Creador; que no hay un bien mejor, que una persona pueda hacer por si misma
y por otros, que dejarse conducir de su Señor, y de algo si puede estar seguro,
se va ahorrar muchos dolores de cabeza, del cuerpo y del corazón.