“Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de
consejeros esta la victoria”. (Proverbios 24:6)
Los mejores dirigentes, para el caso del liderazgo, son
aquellos que se saben rodear de los mejores consejeros o colaboradores. En la vida diaria, se cumple algo semejante,
una persona no debe pretender ser un sabelotodo, pero si debe saber donde esta
todo.
Dice el adagio, “preguntando se llega a Roma”, y no se
equivoca la sabiduría popular, ya que es preguntando como una persona recibe la
información que necesita; a través de aprender a hacer las preguntas correctas,
pertinentes y oportunas, nos vamos abriendo paso por la vida aproximándonos al
destino que nos hemos trazado.
No se trata de hacer todo lo que otros le digan, porque seria
carecer de un criterio propio o de un juicio personal, pero un hombre sabio
saber escuchar, sabe recibir consejos, atender razones; no es de aquellos que
se cierran a lo que otros dicen, sino que en lugar de actuar ciega, terca y
caprichosamente, acepta y considera la opinión de otros.
¿Y cuanto más, si la opinión de aquellos, es una oferta
generosa, desinteresada, fraterna? ¿Por qué cerrarse a las luces de sabiduría que
nos ofrecen personas que han recorrido su propio camino y construido su propio
conocimiento? ¿Por qué desconocer el concepto de aquellos que han llegado a un
nivel de experticia o especialización en alguna materia?
Hay personas que no han aprendido a escuchar y esto los lleva
a escucharse solo y únicamente a ellos mismos. No necesita mucha demostración,
el planteamiento que dos piensan más que uno; el solo hecho de considerar el
punto de vista de otra persona, nos ofrece la oportunidad de contemplar un
panorama que hasta ese momento no hemos considerado.
Ahora bien, el secreto está en saber rodearse de las personas
correctas; los mejores amigos no son aquellos que se dedican a ofrecernos
elogios y alabanzas, sino aquellos que nos ayudan a abrir los ojos frente a una
situación de la cual podemos salir, ya sea o bien librados, o perjudicados. Ser amigo no es darnos siempre la razón, sino
ayudarnos a entrar en ella.
De otra parte, se requiere humildad, disposición en la
persona, para que la ayuda o colaboración sea efectiva. ¿De que le sirve a una persona rodearse de
los mejores sino los escucha, sino los deja actuar? ¿De que sirve contar con un
gran equipo, si quien los comanda es una persona egoísta y autosuficiente? No solo es contar con los mejores sino
aprender a trabajar en equipo, haciendo sinergias con los demás.
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