martes, 13 de marzo de 2012

Mujeres que se echan al hombre al hombro

“Mujer virtuosa, ¿Quién la hallará? Porque su estima
sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella
confiado, y no carecerá de ganancias. Le
da ella bien y no mal todos los días de su vida”. (Proverbios 31:10-11)
El matrimonio podría definirse de muchas maneras, pero ¿Cuál matrimonio?
No aquel que está hecho a la medida de una sociedad carente de valores, sino
aquel que fue concebido y diseñado por el autor de la vida, de éste último es
que hacemos referencia.
En el plan de Dios para el matrimonio, el hombre y la mujer son
como dos piezas únicas, diseñadas la una para la otra para que encajen y se amalgamen
perfectamente, con la salvedad que deben ser pulidas por el diseñador para
lograr una perfecta unidad.
Sin lugar a dudas, dice el adagio, “detrás de un gran hombre
hay una gran mujer”; y en eso consiste el rol principal de la mujer en la vida
matrimonial, ser compañera y ayuda idónea. Así como el varón, debe ejercer el
rol de autoridad en el hogar, la familia y la sociedad.
Por supuesto que la relación conyugal se sustenta en la
fidelidad y compromiso del amor y la amistad que se profesan el esposo y la
esposa, pero esto sin olvidar sus roles básicos; y en el caso que tengan hijos,
el ejercicio del mas elevado de los roles que le corresponde ejercer a un ser
humano, ser padres.
De allí la importancia y la inmensa de bendición de hallar,
para el caso del varón, la mujer correcta, aquella que es el regalo de Dios
para su vida; porque así parezca algo maravilloso a los ojos, es de esa manera;
dice en otra parte, “la casa y las riquezas son herencia de los padres; de Dios
la mujer prudente”. (Proverbios 19:14)
Y con el respeto que se merecen las mujeres, cualquier hombre
puede conseguir mujer para vivir con ella; cualquiera puede ser compañera
sexual o amante; cualquiera puede llegar al altar del matrimonio, pero no cualquiera
puede ejercer el santo rol de ser esposa, compañera y ayuda idónea, mujer
virtuosa para su marido.
Uno de los problemas mas críticos que se presentan hoy en día,
es la inversión de roles; debido al debilitamiento del liderazgo masculino y al
abandono del rol básico del varón, el ejercicio de la autoridad en el
matrimonio, en el hogar y la familia, a la mujer le ha tocado que asumir ese
rol; porque ella, por diseño básico es responsable y de ninguna manera va a
permitir que su familia caiga en desgracia.
Esto ha llevado a que el hombre se convierta en un mantenido
de su esposa, y se atenga a que se ella la que lo sostenga. Que se ella la que
le de ganancias, bien y no mal, echándose encima toda la carga del
sostenimiento del hogar, mientras el hombre, sigue tan campante al amparo de su
mujer; violentando por completo el diseño divino del matrimonio.
La explotación de la mujer se sigue dando, en este caso, por
hombres abusadores, cómodos que se aprovechan del amor de sus mujeres, (porque
las mujeres aman de veras), de su sentido sacrificial de responsabilidad y del
compromiso con los suyos. La virtud de la mujer no es para que esta sea
explotada sino exaltada.
Esto ha llevado a que muchas mujeres, se sacudan de sus
maridos estorbosos, y decidan construir una vida sin cargas adicionales; han
entendido que para salir adelante y ser felices, no tienen que echarse al
hombro un hombre que resulta ser un
bueno para nada, y así no lo sea, no toma la decisión de cambiar o ser mejor.

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