viernes, 2 de marzo de 2012

El conocimiento del Altisimo

“El temor de Dios es el principio de la sabiduría, y el
conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. (Proverbios 9:10)
En la vida cotidiana hay dos tipos de conocimiento, aquel que
se deriva del aprendizaje diario de las experiencias de la vida, de los
procesos mentales que elaboran los seres humanos, y aquel conocimiento que
proviene de profundizar en las verdades de la vida espiritual.
Quien se interese en la vida espiritual, debe tener en cuenta
que hay dos tipos de conocimiento, conocer acerca de Dios y conocer a
Dios. La gran mayoría de las personas
saben algo acerca de Dios, a esto llamaremos religión, pero muy pocos conocen a
Dios, lo que demanda una relación mas estrecha.
En el mundo están aquellos que se declaran ateos y no están interesados
en conocer a Dios ni acerca de él; aquellos que no creen pero están abiertos al
conocimiento; aquellos que dicen que creen, pero no le conocen; aquellos que
creen y le conocen, pero no obedecen; y aquellos que creen en Dios, le conocen,
y obedecen a sus principios y mandamientos, que viven una autentica conversión.
Luego hay dos tipos de fe, los que creen en Dios y los que le
creen a Dios, solo que para creerle a Dios y obedecerle, es menester conocerle,
y para conocer a Dios, necesariamente debemos aprender a escudriñar su Palabra,
porque Dios se ha dado a conocer al ser humano a través de su Palabra, la
Biblia.
¿Porqué hay tantas equivocaciones? ¿Por qué el ser humano es
reiterativo en cometer errores? ¿Porque está lejos del conocimiento del Altísimo;
conocimiento que no está escondido ni oculto, sino al alcance de todo aquel que
se disponga a abrir su mente y corazón a la riqueza que Dios ofrece? Por la terquedad y la obstinación humana, por
su anarquía.
Bien dice su Palabra, “mi pueblo perece por falta de
conocimiento”, y no se refiere al conocimiento académico o el que se adquiere
en la experiencia de la vida, sino a aquel conocimiento que comprende conocer y
entender las verdades profundas de Dios.
Dice otro texto, “Hijo mio, si recibiereis mis palabras y mis
mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría;
si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia; y a la
prudencia diereis tu voz;: si como a la plata la buscares, y la escudriñares
como a tesoros, entonces entenderás el temor de Dios y hallaras el conocimiento
de Dios. Porque Dios da la sabiduría y
de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. (Proverbios 2:1-6)
¿Dónde está la clave? En adoptar una actitud humilde; es
dejarse guiar por el camino de la vida; en reconocer que antes que la creatura
está el Creador y brindarse la oportunidad de someter el entendimiento a la revelación. Él tiene para nosotros, “cosas que ojo no ha
visto, no oído ha escuchado, ni han subido a corazón de hombre, que son las
cosas que Dios ha preparado para los que le aman”.

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