“Conoce el justo la causa de los
pobres; mas el impío no entiende sabiduría”. (Proverbios 29:7)
Causa, es un término que tiene dos significados muy interesantes:
origen o destino. Si mencionamos “causa” como
origen, hacemos referencia a lo que hace que algo o alguien exista, al
principio, a la génesis. Pero si es entendido
como destino, haremos referencia a la razón de ser, al sentido de obrar, a la razón
o el motivo que conlleva una acción.
De allí que” hacer causa”, es
unir los intereses, esfuerzos y recursos colectivos para un fin determinando, y
esto es lo que hacen los verdaderos lideres.
En la vida de un causante, aquel que hace que las cosas sucedan, no
existe la casualidad, sino la causalidad, donde los efectos son el resultado de
una acción intencionada previa.
Un hombre justo es sabio, y es la
sabiduría la que le permite comprender la causa de los pobres; ¿quienes son los
pobres? Aquellos que viven en situaciones precarias, que no tienen como satisfacer
sus necesidades básicas. Aquellos que han sido abandonados a su suerte.
¿Por qué hay tanta pobreza en el
mundo?¿ Por la escasez de recursos? No. ¿Por la ausencia de oportunidades?
No. ¿Por la desigualdad social? No. ¿Por la inequitativa distribución de la
riqueza? No. Hay pobreza en el mundo por
la indolencia y la indiferencia hacia los pobres.
Jesús dijo, “a los pobres siempre
los tendréis con vosotros”; luego, la pobreza es una situación social que
siempre estará presente; sin embargo, es posible reducir niveles de
pobreza. Por ejemplo, llevar a una
persona, familia o comunidad, de la pobreza absoluta, a un nivel de mayor sobrevivencia
y sostenibilidad.
El error que se ha cometido por
siglos, y que se sigue cometiendo, es caer en el asistencialismo, en el
paternalismo, en la caridad, lo que convierte a las personas, familias o
comunidades en damnificados dependientes de un filántropo o altruista proveedor
benéfico.
El secreto para erradicar la
pobreza, no está en dar el pez, sino en enseñar a pescar, y en convertir al
pescador en un empresario de la pesca.
Es decir, en estimular y desarrollar el espíritu emprendedor que existe
en cada ser humano, pero yace profundamente dormido en la mayoría de las
personas.
Al impío esto no le importa la
pobreza de otros, esta situación ni le va ni le viene; esto no tiene que ver
con el, porque su mente y corazón esta invadido de vileza y mezquindad, por lo
tanto es egoísta, y nadie mas que el mismo y sus intereses hacen parte del cual
del eje sobre el cual su vida gira.
Un verdadero cristianismo es el
resultado de combinar dos conceptos básicos: fe y obras, porque bien sabemos,
que la fe sin obra esta muerta. En un contexto
moderno, podríamos llamar: Valores y Proactividad, o Liderazgo y Resultados, de
pensamiento y acción.
Una persona con un agudo sentido
de respeto y sensibilidad por la persona humana, movido por el interés generoso
de ayudar al necesitado, invariablemente, es un agente de cambio que donde
vaya, será parte de la solución y no del problema, y será un factor de alivio social. Por Alexander Dorado Albán.
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