lunes, 30 de enero de 2012

Dependiendo del Dador de la Vida Abundante

“La bendición de Dios es la que enriquece, y no añade
tristeza con ella”. (Proverbios 10:22)
Los padres tienen por naturaleza bendecir a sus hijos, mas los
de antaño que los actuales; “Ve con Dios”,
“que Dios te bendiga”, era la costumbre de muchos padres, quienes al bendecir a
sus hijos, se aseguraban de su bienestar y seguridad. Al bendecir a sus hijos se sentían tranquilos,
pensaban que así estarían seguros y les iría bien en sus actividades.
Pero, ¿es la bendición solamente un decir, una declaración de
fe? ¿O es una respuesta divina a quien le hace esa petición a Dios? Pues bien, la única manera de saberlo, es comprobando
que Dios responde a la petición de aquellos que ponen en él su confianza.
Y para eso, hay que pedirle algo específico, algo conforme a
su voluntad por medio de la oración, sabiendo que la respuesta se dará en los
mismos términos en que fue solicitada. Y
esto con el único fin, que a la persona no le quede ni la menor duda que su petición
fue escuchada y respondida.
¿Por qué se dice que la bendición de Dios es la que enriquece?
Para entenderlo, debemos repasar que es la riqueza; la cual no tiene que ver
con lo material sino con lo espiritual; es decir, una persona bendecida es aquella
que espiritualmente está mejor dotada para atraer para su vida la abundancia.
La diferencia entre la abundancia espiritual y la abundancia
material, esta en que la primera no genera ningún tipo de tensión, ni vanidad,
ni apegos, ni ataduras; por el contrario, entre mas abundancia espiritual tenga
la persona mas libre se siente, y por ende feliz, plena, realizada.
No sucede así con la abundancia material, que convierte a las
personas en esclavos de su fortuna, los vuelve seres dependientes, y por ende
infelices. Una persona que supedita su
felicidad a lo material, que es la riqueza relativa, se está perdiendo la
oportunidad de ser verdaderamente prospero con la riqueza espiritual.
¿A cuántos les pasa, que entre mas bienes materiales tienen
mas preocupados y tensos viven? Se ven a gatas para manejar o cuidar su riqueza
material; mientras que una persona que aprende a vivir con lo básico, tiene de
sobra paz y tranquilidad espiritual.
Rico no es el que mas tiene sino el que menos necesita.
La persona que se acostumbra a la riqueza material se
convierte en un ser dependiente; el gran secreto en la vida espiritual
consiste, en aprender ser feliz sin depender de la riqueza material. No son las
dadivas las que hacen a una persona rica, sino su relación con el dador.
Jesús dijo, “Yo he venido para que tengan vida y para que la
tengan en abundancia”; y esta calidad de vida no se refiere solo a lo
espiritual, sino que involucra a la persona humana como ser integral. Es una abundancia en todo sentido, solo que
se basa en una relación solida con el dador.
Con las riquezas materiales pasa lo mismo, que con aquello que
proviene del mundo, que es la fuente de la aflicción, las personas terminan
haciendo de la riqueza, del dinero el eje de sus vidas, y esto no genera
felicidad, sino desdicha, tristeza. No así,
que sabe que su vida esta en manos de Dios y su felicidad depende de su bendición.

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